8. Garantizar y verificar que los procesos de contratación sean equitativos y libres de prejuicios. Que haya dos o tres ejecutivos alrededor de estos procesos. Mismo número de hombres y mismo número de mujeres en procesos de contratación.
9. Transparencia, porque mientras menos opacidad exista en una organización mucho mayor es la posibilidad de tener la intención de hacer bien las cosas para los miembros de un equipo.
10. Buscar a las estrellas de la diversidad y la toma objetiva de decisiones en tu equipo, colaboradores con menores sesgos, y que sean ellos los grandes embajadores de temas. Hay que voltear a ver quién tiene más apertura, quién está más dispuesto a escuchar pero también quién está más abierto a hablar y decir qué está mal.
11. Garantizar que la retroalimentación se escuche y se analice al interior de una compañía. Hay tres niveles para esto, una política de escucha, una de análisis y una de implementación real de mejoras. Cuando uno de tus campeones del cambio ha intentado mejorar algo varias veces y no ve cambios… créeme, se va a cansar o se va a ir de tu empresa.
12. Medir siempre y todo lo posible, porque las mejores decisiones se toman con base en números. A veces quien tiene los mejores resultados no lo vemos, porque tienen las personalidades más tímidas, pero con mediciones objetivas podemos detectarlo.
Plantear muchas metas a la vez puede causar estrés innecesario, por lo que vale la pena empezar con uno solo, trabajar en ello y seguir fomentando la diversidad, porque al final del día una empresa más diversa es una empresa más rentable y con mayores oportunidades de sobrevivir en el futuro. ¿Qué prefieres eliminar tus sesgos o que la realidad te estampe en la cara el fracaso?
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Nota del editor: Jorge Sánchez García es socio director de Apolo 25. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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