A presentar el informe “Programas de apoyo al emprendimiento”, el Banco Interamericano de Desarrollo y la ONU señalaron que así como un deportista hace ejercicios para mejorar la condición física y práctica en las competencias de la disciplina poniendo énfasis en las lecciones aprendidas, los emprendedores deben forjar y entrenar sus competencias a través de los conocimientos, las habilidades y las destrezas, mediante la realización de prácticas especialmente diseñadas para prepararlos para enfrentar el reto de la innovación en un mercado abierto y competitivo.
La Universidad, un faro que ilumina el camino hacia el emprendimiento
Instituciones como la Universidad de Stanford y la Universidad de California, Berkeley lo han hecho desde el principio y siguen jugando un papel clave en el crecimiento del emprendimiento y la innovación en Silicon Valley.
Las principales funciones de estas universidades en aquel contexto son:
- Fomentar una cultura a favor del emprendimiento.
- Desempeñar un papel clave en la formación de ideas para nuevas empresas.
- Impulsar una cultura de investigación aplicada.
- Involucrar y compartir con la comunidad universitaria la visión de cómo la colaboración con las empresas puede ayudar a sociedad.
Las universidades en el país deben visualizar el emprendimiento como un vehículo para desarrollar las competencias de los alumnos a través de la creación de comunidades de aprendizaje, con la participación de investigadores, empresarios, inversionistas y profesores, todo ello en una experiencia centrada en el estudiante, orientada a la adquisición de competencias con un claro énfasis en el emprendimiento.
El Global Entrepreneurship Monitor (GEM), en su Reporte global (2021), cita lo siguiente: “La mayoría de los políticos y académicos coinciden en que impulsar el espíritu emprendedor a través de la formación de capacidades y habilidades es fundamental para el desarrollo y el bienestar de la sociedad”.
Hablar de una universidad emprendedora significa hablar de una entidad capaz de romper con la linealidad en los procesos académicos y de investigación, configurándose como una institución que actúa en red, en donde su interacción y contribución al desarrollo del entorno son parte de su responsabilidad y representa precisamente el argumento que mejor explica el considerable crecimiento del emprendimiento universitario a lo largo de la última década, gracias al apoyo que se brinda desde las propias instituciones educativas en temas como:
1) sensibilización y formación para el emprendimiento,
2) desarrollo de competencias para emprender, y
3) desarrollo de ecosistemas de apoyo al emprendimiento.
Muchas de las iniciativas empresariales impulsadas por miembros de la comunidad universitaria tienen su origen en los resultados de su actividad académica y de investigación, se apoyan fuertemente en las nuevas tecnologías y se ocupan de desarrollar nuevos procesos, productos y servicios.
La formación para emprendedores en las universidades debe garantizar dos aspectos; el primero es la asimilación de los conocimiento y metodologías necesarias para materializar las ideas y proyectos en iniciativas de emprendimiento, el segundo es promover una la cultura emprendedora que amplié el vínculo con el mundo académico y científico para que las capacidades científico tecnológicas acumuladas coadyuven a incrementar el perfil innovador de los emprendimientos.
Las universidades, como instituciones generadoras de conocimiento y capacidades, cumplen un rol protagónico para la prosperidad de las naciones y el bienestar de la sociedad, su empeño y arduo trabajo por transformar la excelencia científica en creación de valor muestra su compromiso con la transferencia y el emprendimiento estimulando las relaciones entre los miembros de la comunidad universitaria y las empresas, para conjuntamente responder a las demandas y necesidades de la sociedad.
En Estados Unidos de Norteamérica, Alemania, España, Israel, Noruega y Suecia existen varias experiencias de esfuerzos orientados a generar un marco cultural estimulante para que los estudiantes universitarios participen de actividades de emprendimiento; por ejemplo, está el caso del MIT, quien en materia de emprendimiento tiene como objetivo incrementar las capacidades y habilidades de los estudiantes para el emprendimiento. Está el caso una universidad sueca que cuenta con módulos extracurriculares sobre emprendimiento en sus programas de licenciatura y maestría; otro ejemplo lo tenemos en Linnaeus University, los estudiantes que están realizando estudios de licenciatura pueden optar por un curso de siete días donde se los motiva, instruye y hace trabajar en el desarrollo de sus ideas de negocios, durante este período se les asigna un profesor que tiene un perfil orientado hacia el emprendimiento.
El surgimiento de emprendedores es el resultado de un proceso formativo de largo aliento, donde las instituciones educativas juegan un papel clave. En particular, las universidades pues estas ofrecen un contexto estratégico para los emprendedores, no solo por el potencial que surge dado la formación académica que reciben, sino también por el conocimiento que circula en forma más amplia a través de profesores, egresados y estudiantes de licenciaturas maestrías, doctorados e incluso de las labores de investigación.
La misión central de la universidad es la mejora permanente de la sociedad a través de transformar el conocimiento en soluciones concretas a los problemas que aquejan al mundo, por ello deben avanzar con rapidez y firmeza hacia una mayor conciencia por extender su impacto, acentuando su actividad en la transferencia del conocimiento y el emprendimiento.
Las universidades no solo están llamadas a resolver problemas conocidos, sino que también pueden trabajar en la identificación de nuevos problemas y sus soluciones basándose en el espíritu del descubrimiento, el apoyo a la innovación y la promoción de una cultura a favor de la creatividad y el emprendimiento para impulsar el desarrollo e implementación de ideas innovadoras que surgen en los límites del conocimiento actual.
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Nota del editor: Juan Alberto González Piñón es Director Corporativo de Innovación y Transferencia de la Universidad Panamericana. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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