Dentro de los procesos de investigación y desarrollo tecnológico ejecutados por las universidades, la prueba de concepto tecnológico y su validación en condiciones de mercado es un paso esencial en la transición de un resultado de investigación hacia una aplicación comercial, en ello el involucramiento de las empresas es crucial, desde esta perspectiva se platean algunos elementos para que las universidades incentiven la participación de la industria en esta etapa:
- Invitar a los empresarios a reuniones periódicas en donde se les dé a conocer las investigaciones y las tecnologías emergentes/disruptivas que están trabajando los investigadores.
- Participar con la industria en el establecimiento de nuevos estándares sectoriales.
- Presentar copias de white papers y documentos de trabajo, así como informes técnicos de laboratorio.
- Dialogar y trabajar para establecer líneas temáticas de coinversión, para apoyar la maduración de tecnologías surgidas en ámbitos universitarios, así como la ejecución de proyectos específicos de escalamiento industrial que apoyen la transferencia tecnológica.
- Habilitar la conformación de redes científico-tecnológicas con la participación de investigadores universitarios en la industria.
- Fortalecer la infraestructura y equipamiento para I+D+i en las universidades a través de inversiones conjuntas en equipamiento para laboratorios y centros de investigación, para involucrar a la industria en la generación de invenciones que resuelvan las necesidades existentes.
- Crear consorcios con múltiples empresas que patrocinen la investigación aplicada en un campo de interés específico.
Expandir el entendimiento del valor social de la innovación implica potenciar el protagonismo de los investigadores e inventores, quiénes pueden identificar necesidades, originar ideas y buscar validar sus soluciones; pero también significa extender a toda la sociedad la idea de innovación como síntesis entre necesidad y oportunidad técnica. Esto facilita que las empresas ante la necesidad de resolver problemas técnicos y de mercado, sean capaces de establecer diálogos con quienes detenten conocimientos complementarios, a efectos de construir soluciones conjuntas, capaces de desarrollar un ecosistema integral promotor de la innovación en México.
El propósito es que todos los mexicanos sean beneficiarios del desarrollo científico y tecnológico gestado por sus universidades, el diálogo con el sector empresarial tiene que ser profundo y consistente.
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Nota del editor: Juan Alberto González Piñón es Director Corporativo de Innovación y Transferencia de la Universidad Panamericana. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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