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De las redes, finanzas y la moda... lo que te acomoda

Existen dos formas de estudiar las finanzas y toma de decisiones: a través de las finanzas tradicionales y mediante las finanzas conductuales, que son las que más nos interesan actualmente.
vie 12 abril 2024 06:00 AM
De las redes, finanzas y la moda... lo que te acomoda
Hay inversionistas que se sumaron al FOMO de la Inteligencia Artificial y aunque no hayan valuado o revisado las expectativas de las compañías relacionadas decidieron comprar para no perderse la probabilidad de ganancias, apunta Alejandra Vargas.

Aunque sinceramente no soy fan de las redes sociales, tengo que confesar que siempre me ha llamado mucho la atención lo relevante que son hoy en día y cómo es que a través de estas podemos influenciar en la toma de decisiones de personas de cualquier edad; lo anterior, aunado a mi interés por cómo funcionan los mercados financieros, me hizo preguntarme si las conductas que vemos en redes sociales podrían ser similares a cómo se mueven los mercados y entonces surgió mi teoría al respecto.

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Pongamos un poco de contexto antes de comenzar. Existen dos formas de estudiar las finanzas y toma de decisiones; una, a través de las finanzas tradicionales y la otra mediante las finanzas conductuales, que son las que más nos interesan el día de hoy.

Las finanzas tradicionales son aquellas que analizan las decisiones de inversión basadas en modelos matemáticos y estadísticos y se enfocan principalmente en maximizar el valor de los inversionistas, tiene como supuestos, que el mercado es eficiente, asume que el humano es racional y que evita la incertidumbre, ya que todos tenemos acceso a la misma información y premisas, está por demás decirles que son totalmente erróneas.

Por otro lado, tenemos a las finanzas conductuales, las cuales mencionan que la toma de decisiones de un inversionista se basa en la experiencia del mundo real, es irracional y, algunas veces, las emociones juegan un papel importante. También vale la pena mencionar que los mercados son volátiles, esta forma de evaluar la toma de decisiones de un inversionista me parece más real, aunque no quiero decir que la otra esté mal, más bien se complementan.

Regresando a mi teoría principal, la similitud que encuentro entre la decisión de inversión y la decisión de compra de algún bien o servicio es que ambos se encuentran de cierta forma influenciados por agentes externos, en donde las emociones juegan un papel muy importante y, tanto en finanzas como en mercadotecnia, la psicología es utilizada para generarnos ciertas emociones que nos hagan tomar la decisión.

Por ejemplo, el famoso FOMO (Fear Of Missing Out, por sus siglas en inglés) de hoy en día y que se refiere al temor de quedarte afuera de una tendencia, está haciendo que las personas tomen decisiones impulsivamente e influenciadas por este tipo de preferencias; otro ejemplo podría ser en moda o tecnología que repetidas veces vemos como influencers dan sus recomendaciones sobre ciertos productos y contribuyen, ya sea de forma positiva o negativa, para que una persona adquiera el mismo producto.

En finanzas podemos observar algo similar con las compras o ventas de acciones, por ejemplo, hay inversionistas que se sumaron al FOMO de la inteligencia artificial y aunque no hayan valuado o revisado las expectativas de las compañías relacionadas decidieron comprar para no perderse la probabilidad de ganancias, a pesar de que hoy en día el precio ya es muy alto o hay ocasiones en las que si una persona influyente en el medio compra o vende los demás se suma a realizar una acción similar por el temor de no estar viendo lo que ellos ven. Lo anterior nos lleva a lo que comentaba previamente respecto a las finanzas conductuales, que presumen que muchas de las decisiones están más influenciadas por las emociones que por el pensamiento racional.

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Las dos son válidas, sin embargo, creo que es mejor aprender a complementarlas, por ejemplo en cuestión de las redes sociales hay que estar conscientes que existen influencers patrocinados por marcas, lo que podría generar sesgos en sus recomendaciones, por lo que para evitar tomar una decisión basada en la opinión de una persona que le pagan por hablar bien de un producto, es importante que nos informemos mejor, hacer una investigación, comparar precios y opiniones y no dejarnos llevar por tendencias o moda, este tipo de comportamientos impulsivos podría llevarnos a mermar nuestras finanzas, ya hablando de algo más grave. Recordemos que las vidas que nos pintan en redes no siempre son reales y querer aparentar sale caro.

En el caso de inversiones sería algo similar, sí es importante saber que en este medio la toma de decisiones de forma oportuna es primordial, pero si es posible hay que darse el tiempo de analizar los instrumentos para darnos cuenta si realmente el valor del mismo tienen un soporte fundamental o está mayormente impulsado por especulaciones, podríamos por ejemplo -sin necesidad de profundizar-, ver cuánto ha crecido en ventas y EBITDA en los últimos años, analizar las expectativas para la industria en los próximos 5 años o preguntarle a Google las últimas noticias de la compañía; con acciones tan simples como estas puedes darte una mejor idea del instrumento, hay que recordar que en el momento de elegir un instrumento de inversión no solo se trata de compañías que den excelentes rendimientos, sino que también vayan alineadas a los valores que predicamos o que nos sintamos identificadas con ellas.

Mi intención no es espantarlos, ni que hagan una tesis antes de cada decisión, eso sería definitivamente ineficiente, pero me gustaría ayudarlos a una mejor toma de decisiones, no solo a nivel financiero, sino que aprendamos que no siempre lo que vemos que le está funcionando a los demás nos debe funcionar a nosotros, bien dice mi mamá “de la moda lo que te acomoda” y creo aplica para todo.

En conclusión, no nos dejemos llevar, por lo menos en decisiones importantes, hay que meditar las consecuencias que nos podrían traer decidir a partir de ciertas “recomendaciones”, por ejemplo, el querer darnos una vida con lujos para aparentar “ser tan feliz como…”, o “ir a las vacaciones perfectas de …”, o “traer la bolsa que usó…”, esa forma de decidir no es rentable para casi nadie, de igual forma en finanzas hay que conocernos bien, ya que no todos tenemos la misma aversión al riesgo o el mismo capital, por lo que considero que lo mejor es hacer o comprar lo que se acomode de forma más óptima con nosotros.

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Nota del editor: Alejandra Vargas es analista bursátil en Grupo Financiero BX+, financiera y un poco contadora, practica patinaje sobre hielo, yoga y le gusta leer libros de varios temas. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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