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La ilusión del dinero fácil en los mercados financieros

Si bien las emociones están detrás del proceso de toma de decisiones financieras de las personas éstas no son fáciles de leer, menos de interpretar.
mar 30 abril 2024 06:05 AM
Inversiones y bolsa
En materia de decisiones de inversión no hay recetas ni fórmulas para obtener dinero de forma sencilla y en el corto plazo. Lo que realmente funciona es tener un plan de inversión, disciplina, objetivos claros y precisos, apunta Valentín Martínez.

“The big money is not in the buying and selling, but in the waiting”: Charlie Munger.

Desde el inicio de los tiempos, los seres humanos han querido encontrar recetas, fórmulas, mecanismos o métodos para obtener dinero de forma rápida y sencilla. En cuanto a los participantes en los mercados financieros siempre han intentado lograr desarrollar un método infalible que pueda predecir el momento perfecto en el cual comprar y vender distintos tipos de inversiones con afán de ganar dinero.

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Diversos inversionistas reconocidos a nivel global han emitido frases que parecieran funcionar como recetas en los mercados: “compra barato, vende caro”, “compra cuando todos vendan”, “vende cuando en la calle toda la gente te pregunte sobre un tipo de inversión”. Estas frases se sustentan en la experiencia que han desarrollado y en el comportamiento de masas que tradicionalmente se mueven en función de dos emociones extremas: el miedo y la euforia.

Sin embargo, las frases en cuestión están lejos de ser un método de análisis para la toma de decisiones, ya que la misma historia nos muestra que no necesariamente porque algo cayó va a subir o viceversa. Dicho de otra forma, lo que nos parece caro puede sostenerse caro un tiempo indefinido, mientras que lo barato puede mantenerse en niveles que parecen atractivos desafiando la paciencia de los inversionistas más experimentados.

Si bien las emociones están detrás del proceso de toma de decisiones financieras de las personas éstas no son fáciles de leer, menos de interpretar.

El market timing se define como una estrategia bursátil basada en entrar y salir del mercado con el objetivo de obtener beneficios a través de la predicción del movimiento de la cotización de un activo. Tradicionalmente se tiene la ilusión con este tipo de estrategia de comprar en el punto más bajo de los precios y tratar de vender en el punto más elevado. El market timing buscaría comprar cuando “todos” venden y vender cuando “todos” compran. En otras palabras, comprar cuando el pánico se ha apoderado de los inversionistas y vender cuando los inversionistas son presa de la euforia. La estrategia en cuestión se puede basar en análisis técnico o fundamental, pero presenta un desafío enorme para los inversionistas pasivos, con un bajo nivel de involucramiento o poco conocedores de los mercados financieros, dado que deben tratar de capturar los mínimos o máximos con poca información o información que no necesariamente dominan.

Por otra parte, la estrategia llamada “buy and hold” (comprar y mantener), busca a través de una investigación completa, una distribución estratégica de activos acorde al perfil y horizonte de inversión con el objetivo de minimizar el riesgo y maximizar el posible rendimiento de un portafolio. Mucho se ha estudiado y escrito sobre el peso específico que tiene en el resultado de un portafolio la correcta asignación de activos, desde hace décadas se dice que al menos el 91.50% del desempeño de un portafolio esta explicado por el factor en cuestión, pero hay estudios más recientes que hablan de que dicho porcentaje es incluso del 98%. El primer caso, factores como el market timing tienen un peso en el resultado de alrededor del 1.80%, mientras que la selección particular de activos influye con un 4.60% y otros elementos pesan sólo 2.1%. (Fuente: Gary P. Brinson, L. Randolph Hood and Gilbert L. Beebower, “Determinants of Portfolio Performance,” The Financial Analysts Journal, July/August 1986; and Gary P. Brinson, Brian D. Singer and Gilbert L. Beebower, “Determinants of Portfolio Performance, II: An Update,” The Financial Analysts Journal, May/June 1991.

El éxito del “buy and hold” han sido documentados por varios autores, entre los que se encuentra la compañía Charles Schwab, quienes a través de un estudio con data desde 1926 a 2022 ( https://www.schwab.com/learn/story/does-market-timing-work ), han encontrado que en distintos períodos de análisis de 20 años con un capital inicial de 2,000 dólares, las personas que año tras año lograron consistentemente comprar el día que el mercado accionario estadounidense hizo un mínimo lograron acumular la mayor cantidad de dinero (138,044 dólares).

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Pero para ser realistas, resulta casi imposible que un individuo común logré comprar en las condiciones señaladas, y lo interesante del análisis es que las personas que invierten en el mercado inmediatamente después de recibir un flujo de dinero anual sin importar el nivel de precio del mercado obtuvieron el segundo lugar (127,506 dólares), mientras que el tercero lo consiguieron aquellos que dividieron el monto a invertir entre los doce meses del año sin importar lo que hubiese pasado con el mercado mes tras mes (124,248 dólares). Cabe destacar que aquellos que invirtieron año tras año en deuda de corto plazo estadounidense quedaron en último lugar por mucho con (43,948 dólares).

Adicional a lo anterior, es de especial importancia considerar el beneficio que uno puede dejar de percibir por estar desinvertido o “fuera de mercado”, como el market timing propone. Por ejemplo, el S&P 500 desde 1996 hasta el 2011 rentó anualmente 7.8%; sin embargo, si excluimos los 10 mejores días de este periodo, el retorno cae a 4.1%. Más impresionante aun es que si nos quedamos “fuera” de los 30 mejores días de este periodo el retorno cae incluso a -0.4% anual. Este panorama demuestra lo complicado que puede ser para un inversionista incursionar en una estrategia que conlleva el riesgo de perder los días con mejores retornos en el mercado.

Con todo, el market timing y la inversión estructural de largo plazo, o “buy and hold” son estrategias de inversión que se ajustan a diferentes tipos de inversionistas. Si nuestros objetivos de inversión son a corto plazo, tenemos un alto involucramiento en nuestro portafolio, con un alto acceso a información y plataformas de inversión sofisticada, tal vez el market timing pueda ser una opción que cumpla nuestros objetivos.

Ahora, si nuestras metas de inversión se ubican en el largo plazo, tenemos un bajo involucramiento en los mercados y los instrumentos a los que tenemos acceso no son sofisticados, es más preferible asesorarse y diseñar una estrategia de inversión sin mayores movimientos, que se vea beneficiada en el largo plazo.

En materia de decisiones de inversión no hay recetas ni fórmulas para obtener dinero de forma sencilla y en el corto plazo. Lo que realmente funciona es tener un plan de inversión, disciplina, objetivos claros y precisos, así como la suficiente paciencia para dejar que las estrategias de inversión funcionen y hagan su trabajo.

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Nota del editor: Valentín Martínez es Vicepresidente de Oferta de Valor en SURA Investments. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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