Diversos inversionistas reconocidos a nivel global han emitido frases que parecieran funcionar como recetas en los mercados: “compra barato, vende caro”, “compra cuando todos vendan”, “vende cuando en la calle toda la gente te pregunte sobre un tipo de inversión”. Estas frases se sustentan en la experiencia que han desarrollado y en el comportamiento de masas que tradicionalmente se mueven en función de dos emociones extremas: el miedo y la euforia.
Sin embargo, las frases en cuestión están lejos de ser un método de análisis para la toma de decisiones, ya que la misma historia nos muestra que no necesariamente porque algo cayó va a subir o viceversa. Dicho de otra forma, lo que nos parece caro puede sostenerse caro un tiempo indefinido, mientras que lo barato puede mantenerse en niveles que parecen atractivos desafiando la paciencia de los inversionistas más experimentados.
Si bien las emociones están detrás del proceso de toma de decisiones financieras de las personas éstas no son fáciles de leer, menos de interpretar.
El market timing se define como una estrategia bursátil basada en entrar y salir del mercado con el objetivo de obtener beneficios a través de la predicción del movimiento de la cotización de un activo. Tradicionalmente se tiene la ilusión con este tipo de estrategia de comprar en el punto más bajo de los precios y tratar de vender en el punto más elevado. El market timing buscaría comprar cuando “todos” venden y vender cuando “todos” compran. En otras palabras, comprar cuando el pánico se ha apoderado de los inversionistas y vender cuando los inversionistas son presa de la euforia. La estrategia en cuestión se puede basar en análisis técnico o fundamental, pero presenta un desafío enorme para los inversionistas pasivos, con un bajo nivel de involucramiento o poco conocedores de los mercados financieros, dado que deben tratar de capturar los mínimos o máximos con poca información o información que no necesariamente dominan.
Por otra parte, la estrategia llamada “buy and hold” (comprar y mantener), busca a través de una investigación completa, una distribución estratégica de activos acorde al perfil y horizonte de inversión con el objetivo de minimizar el riesgo y maximizar el posible rendimiento de un portafolio. Mucho se ha estudiado y escrito sobre el peso específico que tiene en el resultado de un portafolio la correcta asignación de activos, desde hace décadas se dice que al menos el 91.50% del desempeño de un portafolio esta explicado por el factor en cuestión, pero hay estudios más recientes que hablan de que dicho porcentaje es incluso del 98%. El primer caso, factores como el market timing tienen un peso en el resultado de alrededor del 1.80%, mientras que la selección particular de activos influye con un 4.60% y otros elementos pesan sólo 2.1%. (Fuente: Gary P. Brinson, L. Randolph Hood and Gilbert L. Beebower, “Determinants of Portfolio Performance,” The Financial Analysts Journal, July/August 1986; and Gary P. Brinson, Brian D. Singer and Gilbert L. Beebower, “Determinants of Portfolio Performance, II: An Update,” The Financial Analysts Journal, May/June 1991.
El éxito del “buy and hold” han sido documentados por varios autores, entre los que se encuentra la compañía Charles Schwab, quienes a través de un estudio con data desde 1926 a 2022 ( https://www.schwab.com/learn/story/does-market-timing-work ), han encontrado que en distintos períodos de análisis de 20 años con un capital inicial de 2,000 dólares, las personas que año tras año lograron consistentemente comprar el día que el mercado accionario estadounidense hizo un mínimo lograron acumular la mayor cantidad de dinero (138,044 dólares).