En el entorno actual ya no es suficiente ser el más rápido o el más grande. Las empresas enfrentan retos más volátiles e interconectados que nos obligan a repensar cómo operamos e incluso cómo planeamos nuestras estrategias.
Concretar la innovación: estrategias empresariales para un mundo más complejo
En el foro Innovation Realized, realizado en San Francisco, líderes y visionarios empresariales impulsaron el intercambio de ideas y estrategias. La complejidad del mundo actual hará surgir nuevas preguntas, pero mejores preguntas generan mejores respuestas para hacerles frente.
Una de las principales preocupaciones que expresaron los ejecutivos es cómo saber cuál es la estrategia correcta, cómo saber si están preparados para aprovechar al máximo las nuevas tecnologías o si la necesidad de implementarlas solo los distrae de su objetivo de negocio principal. Ante estas disyuntivas, comparto algunas de las conclusiones que podrían servir de hoja de ruta:
Tener clara tu visión a largo plazo
En primer lugar, las empresas deben adoptar un enfoque deliberado y colaborativo. Si bien la mayoría de los cambios llegan con poca anticipación y su mayor impacto se puede sentir casi de inmediato, no solo hay que planear a corto plazo; la visión empresarial debe ir más allá y siempre tener claro el propósito a largo plazo.
Adicionalmente, la visión debe ser colaborativa. Muchos de los silos empresariales que dificultan el desarrollo y la innovación son primeramente obstáculos a la colaboración. Para ver las cosas de otro modo, y tener nuevas ideas, es importante contar con distintos puntos de vista, lo cual contribuye a la adopción de estrategias flexibles y mutables. Una visión enfocada en el futuro y colaborativa facilita implementar ajustes para adaptarse a la transformación del entorno.
Adoptar tecnologías exponenciales
Cuando ChatGPT fue lanzada públicamente, la plataforma alcanzó un millón de usuarios en cinco días. El ritmo vertiginoso al que salieron sus nuevas versiones, cada una con mejores habilidades que la anterior, se debe en parte a una mayor aceleración de la adopción de la tecnología iniciada por la pandemia, que derivó en el trabajo virtual, el aprendizaje a distancia y la telesalud.
La llegada de la IA generativa (GenAI) refleja la creciente velocidad de la disrupción tecnológica y, sobre todo, del aumento de escala. Mientras las tecnologías siguen mejorando y aumentando su nivel de complejidad a un ritmo acelerado, las personas que las utilizan también deben mantenerse en constante evolución. Para estar a la vanguardia de la transformación digital, esta adopción de nuevas tecnologías debe ir a la par de la capacidad operativa y las habilidades de los colaboradores.
Es importante no temerle a usar estas nuevas herramientas, pero es igual de valioso tener claro para qué queremos usarlas y establecer propósitos claros que se alineen con los objetivos de negocio. A través de la adopción sensata y coherente, las nuevas tecnologías pueden impulsar la eficiencia y las oportunidades de crecimiento; y más aún, pueden refinar y modernizar nuestra fuerza laboral para volverlos más resilientes a los cambios.
Prepararse para el aumento de la complejidad
Sin duda, los cambios geopolíticos están contribuyendo a una creciente complejidad del sistema mundial. Por un lado, destacan los periodos de elecciones en México, Estados Unidos y otros países de Latinoamérica, procesos que generan expectativa en torno a los posibles cambios e impactos en materia regulatoria, política y económica.
Por otro lado, el impacto de sucesos globales como los conflictos y el cambio climático generan reacciones en cadena que impactan en los modelos de negocio. Ante la combinación de estas múltiples tendencias, las empresas están obligadas a construir escenarios para su estrategia operativa y comercial, incluyendo una visión en torno a la disrupción climática, la incertidumbre geopolítica y económica, así como la disrupción tecnológica.
Repensar la estrategia
Hoy, más que nunca, la capacidad de adaptación y la resiliencia son esenciales para el mundo empresarial. El creciente ritmo de disrupción, tanto tecnológico como económico y político, provoca que las condiciones del mercado puedan cambiar rápida e inesperadamente, disminuyendo el valor potencial de una estrategia incluso antes de que se haya implementado. Para crecer en este clima, las empresas deberán aceptar que muchas de las mejores prácticas establecidas ya no funcionarán en un mundo cada vez más complejo, y quienes logren desarrollar este enfoque tendrán más oportunidades de continuar generando valor a largo plazo.
La clave para la resiliencia y el progreso empresarial radica en un enfoque que una los riesgos actuales con el propósito a largo plazo, fomentando la flexibilidad y la colaboración de una diversidad de perspectivas. Esta combinación no solo prepara a las organizaciones para responder con agilidad a los cambios inminentes, sino que además alimenta la adopción de estrategias dinámicas y adaptables. Esta sinergia abre oportunidades para la innovación y una transformación efectiva y sostenible en un entorno empresarial en constante evolución.
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Nota del editor: Manuel Solano es Socio Director Regional de EY Latinoamérica y Socio Director General de EY México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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