De igual forma, ahí se anuncian 12 proyectos de conversiones de centrales, actualmente en operación, para utilizar la mezcla anteriormente mencionada.
Considero que esta nueva capacidad de generación es un salto cuántico en relación a la forma en la que CFE genera su electricidad, ya que, como es conocido, alrededor del 70% de la electricidad que se genera en México es con gas natural.
La iniciativa de mezclar hidrógeno verde con gas natural (blending) tiene la intención de descarbonizar al gas natural que, aunque genera menos emisiones que otros combustibles, sigue siendo un combustible fósil.
Desde mi punto de vista, el blending contribuiría a la soberanía y seguridad energética mexicana al producir y utilizar hidrógeno verde, toda vez que al comprar menos gas natural del exterior se reduce el riesgo de la exposición a la volatilidad de los precios internacionales del gas natural.
Así las cosas, este salto cuántico permite protegernos y avanzar no solo en la transición energética, sino también en el cumplimiento de las metas ambientales de CFE y de México.
Este blending se menciona específicamente en el Capítulo 4 relativo a “Programas Indicativos para la Instalación y Retiro de Centrales Eléctricas (PIIRCE)”.
En este capítulo se señala que “si bien se menciona a nivel mundial la producción de energía eléctrica con hidrógeno verde, es necesario su incorporación en sitios donde se tengan recursos naturales como sol, viento y agua, dados los grandes volúmenes de recurso hídrico, de fuente primaria de energía solar y eólica para el proceso de electrólisis”.
La Sener y CFE consideran adaptar parte de la infraestructura existente de gas natural para el transporte de la molécula y no incurrir inicialmente en altos costos de capital. Se plantea utilizar la “red de gasoductos del noroeste (Sonora y Sinaloa), Noreste (Tamaulipas), Istmo de Tehuantepec, Baja California y la península de Yucatán, pues existe potencial renovable y se encuentran cerca de las costas. Situación similar se presenta en Baja California Sur, donde tiene grandes recursos naturales y necesidades de capacidad de generación eléctrica".
La Sener, aprovechando el desarrollo de la infraestructura en producción de hidrógeno verde, analizó en este ejercicio del PIIRCE “la conversión de 5,789 MW de capacidad de Ciclo Combinado con una mezcla de 75% gas natural y 25% hidrógeno entre 2033-2036, y la incorporación de 1,829 MW en Ciclos Combinados nuevos con esta mezcla de combustibles”.
Con estas adiciones de capacidad y la utilización de hidrógeno verde “se proyecta que los CC disminuyan progresivamente el uso de gas natural, ya que actualmente es de 100% y aumente el uso de hidrógeno hasta alcanzar, en el año 2036, una mezcla de 75% gas natural y 25% hidrógeno, con lo que se aceleraría la transición energética”.
El hidrógeno verde –y sus derivados en forma de amoniaco y metanol verdes– se están considerando para descarbonizar diversos sectores industriales en diferentes usos y aplicaciones como el transporte aéreo, terrestre y marítimo, la mitigación de la variabilidad (intermitencia) de las energías renovables, la sustitución de combustibles fósiles por hidrógeno limpio en procesos industriales térmicos en las industrias petroquímica, acerera, cementera, vidriera, minera y otras más con necesidades de descarbonización.
Por ello, como fundador de la Asociación Mexicana de Hidrógeno y Movilidad Sostenible (AMH2), considero determinante que la Sener y CFE incluyan el consumo de hidrógeno verde en sus Centrales de Ciclo Combinado, y que Pemex haya sumado en su Plan de Sostenibilidad la creación de una unidad de negocio para comercializar hidrógeno verde.