Endeudamiento post-pandemia
En términos de deuda, antes de la pandemia, en 2019, el promedio del endeudamiento en las economías desarrolladas era aproximadamente del 105% del PIB. Con la crisis sanitaria, en 2020, la emisión de deuda alcanzó niveles récord, representando el mayor aumento anual desde la Segunda Guerra Mundial. Esto elevó el endeudamiento promedio de estas economías al 122% del PIB.
Inflación y políticas monetarias
La pandemia también desencadenó una crisis inflacionaria global. Los confinamientos y las interrupciones en las cadenas de suministro contribuyeron a que, hace poco más de un año, experimentáramos la inflación más alta de la historia moderna, superando los dos dígitos en muchos mercados desarrollados y emergentes.
Como respuesta, los bancos centrales de todo el mundo se vieron obligados a endurecer sus políticas monetarias. El aumento de las tasas de interés fue la herramienta principal para combatir la inflación, lo que elevó las tasas de referencia a niveles significativamente altos y generó tensiones económicas en los mercados desarrollados, principalmente, en Estados Unidos.
Las políticas monetarias restrictivas han sido especialmente complicadas para aquellos países que aumentaron considerablemente su endeudamiento durante la pandemia para sostener sus economías. Emitir deuda a tasas cercanas a cero, o incluso negativas, parecía una solución viable en aquel momento.
Sin embargo, el posterior incremento en las tasas de interés ha elevado el costo de mantener esta deuda. En 2023, los intereses sobre la deuda federal de Estados Unidos ascendieron a aproximadamente $879 mil millones, un aumento del 56% respecto a 2021. Si las tendencias actuales persisten, se espera que para 2033, el costo de los intereses sobre la deuda de Estados Unidos supere el 4% del PIB.
Oportunidades en los mercados financieros
A pesar de estos desafíos, la postpandemia también ha ofrecido oportunidades significativas para los inversionistas. En particular, la renta variable global ha mostrado rendimientos sobresalientes durante 2023 y lo que va de 2024, impulsada en gran medida por el sector tecnológico, que ha superado a otras industrias. El crecimiento en este sector sugiere que la tecnología y la innovación serán fundamentales en el desarrollo futuro.
Asimismo, el mercado de renta fija, tanto en las economías desarrolladas como en las emergentes, presenta perspectivas atractivas a mediano plazo. Se espera que las tasas de interés disminuyan, proporcionando así rendimientos positivos en este segmento de activos.