“Inteligencia de negocios” suena como un concepto rimbombante y lejano para las pequeñas unidades económicas, pero no lo es. Se refiere a recopilar y analizar datos, internos o externos, para impulsar el éxito de una empresa. Con esto, se pueden resolver retos o preguntas desde un ángulo diferente, con el fin de tomar decisiones más informadas y encontrar soluciones efectivas.
Las grandes empresas tienden a incluir en su estructura equipos que ejecutan estas funciones. Esta opción no es viable para las empresas de menor tamaño, pero esto no implica que no lo necesiten. De hecho, si pudieran explotar los datos que tienen a su disposición tendrían beneficios como las grandes empresas. Vayamos por partes.
¿Todas las empresas tienen datos disponibles? Sí, sin duda. Todas las empresas, sin importar su tamaño, generan datos. Tal vez no los tienen ordenados, ni los grafican o analizan de forma periódica, pero los tienen. Pensemos en los registros de nómina o las órdenes de venta, entre otros. Además, cualquier empresa tiene acceso a datos como los que publica el Inegi o las entidades de gobierno que sirven para conocer mejor su mercado y tomar decisiones más estratégicas.
Desafortundamente, pocas empresas explotan los datos a su favor. La Radiografía del Emprendimiento 2023 de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM) encontró que solo 39% de las empresas encuestadas usan ciencia y tecnología para decidir sobre el negocio y 15% usan inteligencia artificial. Si estas proporciones incrementaran, también podríamos ver empresas cada vez más productivas.