Una deuda positiva se puede construir de dos formas, la primera es empleando el crédito con responsabilidad para que se convierta en nuestro mejor aliado. Con ello me gustaría reiterar la importancia de quitar la mala imagen que tiene el financiamiento y las fobias que genera, los instrumentos no son el enemigo si los manejamos adecuadamente.
Vamos por partes, a modo de ejemplo, la tarjeta de crédito es una extraordinaria herramienta, pero hay que saber cómo manejarla. Lo más importante: no es una extensión de mis ingresos, si lo he hemos utilizado así, estamos en problemas porque ahí sí se detona una deuda negativa.
Este instrumento es un excelente aliado para financiarte hasta 45 días sin pagar un solo peso de intereses, siempre y cuando seas totalero, es decir, lo que gastas lo cubres. También puedo aprovechar los meses sin intereses para adquirir bienes duraderos cuya utilidad sea mayor a la vida de la deuda, por ejemplo, hacer la compra del supermercado a meses sin intereses es absurdo, porque estaremos pagando durante un largo tiempo algo que consumí en dos semanas cuando mucho.
Por ello, es importante ver para qué necesito un financiamiento, con ello podré tomar las mejores decisiones y si cuento con un buen historial crediticio obtendré mejores condiciones.
Otro ejemplo podría ser si eres persona física con actividad empresarial y deseas adquirir un vehículo, la mejor opción podría ser el arrendamiento, ya sea puro o financiero, en especial porque no pagas la depreciación y tiene estímulos fiscales.
Solo recuerda, para cada tipo de crédito revisa el CAT, que es el costo anual total donde se contempla aquello incluido en el esquema de financiamiento, como la tasa de interés, comisiones por apertura o cargo extemporáneo, etc.
La segunda manera de construir la deuda positiva es invirtiendo en instrumentos con esas características, por ejemplo, los Cetes, que son Certificados de Tesorería de la Federación y con ello financiamos al Gobierno Federal, el cual hace una emisión de deuda para que nosotros como inversionistas los compremos. Por otra parte, un pagaré es prácticamente lo mismo, solo que lo emiten instituciones financieras –pocas veces por particulares–, con el objetivo de recolectar capital para poder seguir con sus operaciones.