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¿Existen deudas positivas?

Vamos quitando mitos y aprovechemos las deudas positivas para formar nuestro patrimonio y con ello alcanzar la libertad financiera.
lun 28 octubre 2024 05:59 AM
Diversifica tu inversión en la Bolsa Mexicana de Valores
Quitemos la mala imagen que tiene el financiamiento y las fobias que genera, los instrumentos no son el enemigo si los manejamos adecuadamente, considera Adolfo Ruiz Guzmán.

Es muy interesante escuchar a algunas personas que hablan sobre la inexistencia de las deudas positivas o a los que le tienen terror al crédito en sus diversas formas. Ello solo responde al estigma del endeudamiento desordenado.

Me gustaría responder con un rotundo ‘sí existen deudas positivas’; sí puedes usar el crédito a tu favor y un paso más, puedes convertir la deuda en una inversión con ciertas características.

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Una deuda positiva se puede construir de dos formas, la primera es empleando el crédito con responsabilidad para que se convierta en nuestro mejor aliado. Con ello me gustaría reiterar la importancia de quitar la mala imagen que tiene el financiamiento y las fobias que genera, los instrumentos no son el enemigo si los manejamos adecuadamente.

Vamos por partes, a modo de ejemplo, la tarjeta de crédito es una extraordinaria herramienta, pero hay que saber cómo manejarla. Lo más importante: no es una extensión de mis ingresos, si lo he hemos utilizado así, estamos en problemas porque ahí sí se detona una deuda negativa.

Este instrumento es un excelente aliado para financiarte hasta 45 días sin pagar un solo peso de intereses, siempre y cuando seas totalero, es decir, lo que gastas lo cubres. También puedo aprovechar los meses sin intereses para adquirir bienes duraderos cuya utilidad sea mayor a la vida de la deuda, por ejemplo, hacer la compra del supermercado a meses sin intereses es absurdo, porque estaremos pagando durante un largo tiempo algo que consumí en dos semanas cuando mucho.

Por ello, es importante ver para qué necesito un financiamiento, con ello podré tomar las mejores decisiones y si cuento con un buen historial crediticio obtendré mejores condiciones.

Otro ejemplo podría ser si eres persona física con actividad empresarial y deseas adquirir un vehículo, la mejor opción podría ser el arrendamiento, ya sea puro o financiero, en especial porque no pagas la depreciación y tiene estímulos fiscales.

Solo recuerda, para cada tipo de crédito revisa el CAT, que es el costo anual total donde se contempla aquello incluido en el esquema de financiamiento, como la tasa de interés, comisiones por apertura o cargo extemporáneo, etc.

La segunda manera de construir la deuda positiva es invirtiendo en instrumentos con esas características, por ejemplo, los Cetes, que son Certificados de Tesorería de la Federación y con ello financiamos al Gobierno Federal, el cual hace una emisión de deuda para que nosotros como inversionistas los compremos. Por otra parte, un pagaré es prácticamente lo mismo, solo que lo emiten instituciones financieras –pocas veces por particulares–, con el objetivo de recolectar capital para poder seguir con sus operaciones.

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En el mercado hay muchos tipos de instrumentos en los que podemos invertir; si hablamos de gubernamentales, además del Cete, están los Bonos, Bondes, Udibonos, etcétera (etc); en el caso de los bancarios, tenemos a los pagarés con rendimiento liquidable al vencimiento, Cedes, Cebures, por solo mencionar algunos. Finalmente, existen los privados: obligaciones con todas sus modalidades, papel comercial, quirografiarios, entre otros.

Todo lo anterior conlleva un menor riesgo y son instrumenos que, sin ser recomendación de inversión, podrían abrir la puerta al mundo de las inversiones porque al usar distintas tasas conoceremos el premio al vencimiento del plazo en que estén trabajando los recursos para nosotros.

Con todo esto vamos quitando mitos y aprovechemos las deudas positivas para formar nuestro patrimonio y con ello alcanzar la libertad financiera.

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Nota del editor: Adolfo Ruiz Guzmán es egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y del MBA por la Universidad Anáhuac México Campus Sur, cuenta con distintas certificaciones y especialidades, entre ellas, Asesor de Estrategias de Inversión por la AMIB, por el IORTV en España y Harvard Business School; además de ser piloto aviador por la Escuela AIRE. Actualmente se desempeña como Director de Asuntos Públicos de Grupo Financiero B×+, conferencista nacional e internacional. Tiene una trayectoría de 13 años en comunicación del sector financiero e impulsor de la creación de la cultura financiera en nuestro país. Síguelo en Twitter . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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