En un entorno digital saturado y con múltiples opciones, destacar exige más que innovación: se requiere una comprensión profunda de las cambiantes expectativas de quienes adquieren tecnología. En este ámbito, la categoría de alta gama ha encontrado nuevos jugadores que desafían el status quo al ofrecer propuestas innovadoras. Este fenómeno plantea preguntas clave: ¿Cómo se reconfigura la industria? ¿Qué significa en la actualidad lo premium en el sector tecnológico?
Tecnología premium. Del lujo aspiracional a la experiencia significativa
Quienes buscan tecnología avanzada valoran potencia y diseño, pero sobre todo, están interesados en experiencias integrales donde se combine rendimiento, calidad, software optimizado y conectividad.
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Lo premium evoluciona
Anteriormente, el término “premium” en tecnología se asociaba principalmente con el precio. Sin embargo, el concepto se ha diversificado haciendo que elementos como la durabilidad, la experiencia de usuario agradable, y un ecosistema funcional, entre otros, sean los que definan y determinen lo premium para los consumidores. De acuerdo con un informe de Deloitte (2024), “la definición de un producto premium ha dejado de ser únicamente una cuestión de precio para incluir también factores como el diseño, la personalización, la sustentabilidad y la exclusividad de la experiencia”.
Nuevos consumidores “premium”
Hoy en día, quienes buscan tecnología avanzada valoran la potencia, el diseño, pero sobre todo, están interesados en experiencias integrales donde se combine rendimiento, materiales de calidad, software optimizado y conectividad total. Esto ha generado una tendencia donde el usuario actual prioriza la autenticidad, el servicio excepcional y una comunidad que brinde credibilidad y, por supuesto, lealtad.
Este movimiento está estrechamente vinculado al comportamiento de las nuevas generaciones. Se estima que, para 2025, los millennials representarán el 40% del consumo de productos y servicios de alto nivel (Bain & Company, 2021). Este grupo otorga un alto valor a la calidad, la sustentabilidad y, sobre todo, a experiencias de compra seguras, lo que obliga a las compañías a reconfigurar tanto sus productos, como la forma en que los presentan, comunican y comercializan.
Experiencias premium que marcan la diferencia
Otro elemento fundamental en esta transformación para las compañías es comenzar a ofrecer experiencias memorables. Ya no basta con desplegar una campaña publicitaria tradicional. El verdadero reto hoy en día es hacer que las personas vivan la marca, que sientan que forman parte de una historia y que cada interacción tenga un significado real.
Por lo tanto, el éxito en esta categoría ya no depende únicamente del producto, también requiere una estrategia integral de comunicación y relaciones públicas que abarque todo el ciclo, desde el pre lanzamiento hasta la comercialización y la postventa. Las compañías que integran campañas coherentes, establecen vínculos sólidos con audiencias clave y construyen una narrativa centrada en la experiencia logran diferenciarse con claridad. Esto resulta especialmente crucial en los momentos clave de lanzamiento, donde una comunicación estratégica debe incluir campañas multicanal, generación de contenido relevante, relaciones con medios especializados y una presencia activa en redes sociales. Además, la gestión eficaz de las relaciones públicas debe enfocarse en la transparencia, la rapidez de respuesta ante situaciones críticas y la creación de experiencias de marca memorables que impulsen la credibilidad.
Desde el punto de vista del branding, la construcción del concepto premium requiere una estrategia coherente con los valores de la marca y las expectativas de los consumidores. En palabras de David Aaker, reconocido experto en branding: “El valor de una marca premium no solo se mide por la calidad de su producto, sino también por las emociones y percepciones que evoca en el consumidor” (Aaker, Building Strong Brands). En este sentido, los productos tecnológicos premium no solo se venden por sus características técnicas, sino también por la promesa de una experiencia única que mejora la vida cotidiana del usuario.
Para lograrlo, las empresas están invirtiendo en la creación de comunidades participativas a través de la escucha activa, donde las personas puedan compartir opiniones, dar su opinión y sentirse parte del proceso. Esto es una herramienta esencial, ya que integrar estas voces en la toma de decisiones fomenta la lealtad y el crecimiento sostenible a nivel global. Quienes fomentan la interacción constante y el sentido de pertenencia al proceso de innovación no solo aumentan su credibilidad, sino que también fortalecen el boca a boca positivo y construyen relaciones duraderas con su público.
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El rumbo del segmento
La categoría tecnológica de alta gama ya no se define por etiquetas de lujo, sino por la capacidad de ofrecer experiencias completas, significativas y auténticas. Las marcas que entienden este cambio y lo integran en toda su cadena de valor son las que están marcando el ritmo. En un mercado donde la lealtad se gana a través de la conexión emocional, el futuro del segmento premium dependerá menos del precio y más de la percepción de valor real. Hoy, más que nunca, innovar consiste en trascender a lo funcional. Porque en esta nueva era, lo verdaderamente premium no se compra, sino que se vive.
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Nota del editor: Erick Aguilera es experto en Comunicación y R.R.P.P., cuenta con una sólida trayectoria a nivel LATAM en diversas industrias como estilo de vida, automotriz, consumo y tecnología, siempre con un enfoque en la innovación y el futuro del mercado. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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