La discriminación mexicana es distinta a la estadounidense, pero sí existe y tiene solución. Desarrollando estrategias que respondan a nuestros desafíos con soluciones que entiendan a México, podemos crear un cambio que resulte en un México más fuerte y exitoso. El trabajo se logrará haciendo el trabajo de manera que funcione aquí, con el compromiso de dejar atrás hábitos que excluyen talento y ejerciendo un liderazgo inclusivo.
Nuestros desafíos son mexicanos La diversidad e inclusión no se trata únicamente del trabajo de respetar a las mujeres, aunque ese trabajo es crucial. México tiene mucha diversidad humana. Tenemos pueblos originarios, comunidades Afromexicanas, la comunidad LGBTIQ+, personas con discapacidades, además de diferencias socioeconómicas significativas y diferencias regionales. Cada día más extranjeros residen en México y esta migración también crea retos. Toda esta diversidad representa tanto una fortaleza como una responsabilidad.
Las empresas que no reflejan esta realidad pierden oportunidades valiosas de crecimiento y conexión con sus consumidores que conocen cada vez más su poder.
Las organizaciones que abrazan la diversidad obtienen beneficios tangibles: mayor innovación, mejor toma de decisiones y comprensión de los valores y necesidades de los consumidores. La inclusión genera un impacto directo en la productividad y retención. Cuando los empleados se sienten valorados y respetados, su compromiso y resultados aumentan significativamente. Esto se traduce en menos rotación de empleos, menos gasto y mejor cultura laboral.
Las nuevas generaciones de trabajadores mexicanos, han demostrado una alineación fuerte con los valores de diversidad e inclusión. Priorizan trabajar en organizaciones que reflejen sus valores personales de equidad, respeto y justicia social. Para ellos, ellas y elles, la diversidad, equidad e inclusión es una expectativa fundamental. Las empresas que no se adapten enfrentan dificultades crecientes para atraer y retener este talento emergente que representa nuestro futuro.
Errores estadounidenses a evitar
Algunas empresas estadounidenses, aún con intenciones buenas, han cometido errores que las empresas mexicanas pueden evitar con buen liderazgo. Uno de los principales problemas ha sido la implementación de políticas que no resuelven el problema actual, o que priorizan las apariencias. Si el enfoque no aborda las barreras sistémicas que impiden su éxito, el problema no se resuelve, se pierde esperanza, y crece la resistencia.
Otro error común ha sido la imposición de modelos sin considerar las diferencias empresariales, culturales, y geográficas. Las estrategias que funcionan en una organización grande no necesariamente son apropiadas para empresas pymes, al igual que una estrategia bancaria no funciona en el sector de salud, o en entornos feminizados o masculinizados.
La polarización política y social también ha afectado negativamente los esfuerzos en Estados Unidos. La resistencia y división que surgen no se pueden ignorar, sino anticipar.
Creando soluciones mexicanas
Nuestra bella cultura mexicana, con su énfasis en las relaciones personales, el respeto por la jerarquía y la importancia de la familia, y nuestros desafíos culturales como el machismo, el colorismo (discriminación clasista y racista) y la homofobia requieren enfoques matizados y contextualizados.
La implementación exitosa en México debe considerar valores culturales como el "familismo" (la importancia cultural de la familia mexicana), los papeles tradicionales en el hogar y en el trabajo, así como el respeto y la cortesía.
Por todas estas razones debemos crear soluciones que respondan a nuestros desafíos incluyendo fortalezas, enfatizando el respeto mutuo y la dignidad y el potencial de todas las personas.
Estrategias efectivas para empresas mexicanas
Las empresas mexicanas deben adoptar un enfoque auténtico, comenzando con una evaluación honesta de su cultura organizacional actual, identificando barreras específicas y desarrollando soluciones a la medida enfocadas en producir resultados a corto y largo plazo.