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Madurez digital, el gran reto en la educación

Mantenerse relevantes y preparar a estudiantes para un futuro laboral en constante cambio exige que las universidades alcancen un nivel de madurez digital que vaya más allá de acumular herramientas.
vie 10 octubre 2025 05:57 AM
Democratización del aprendizaje: equidad e inclusión
Hay que aprovechar la tecnología de manera eficiente y coordinada, para adaptarse en tiempo real a los cambios tecnológicos y a las demandas del mercado laboral, siempre con seguridad, flexibilidad y fomentando la movilidad de los aprendices, señala Ryan Lufkin. (iStock)

El término “madurez digital” se ha convertido en la verdadera medida del avance tecnológico de las instituciones educativas. Ya no se trata de incorporar herramientas, sino de lograr que las diferentes tecnologías se integren de forma efectiva en los procesos y de qué tan preparadas están las instituciones para adaptarse al futuro.

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Hablar de madurez digital se refiere a la capacidad de una institución para aprovechar las tecnologías digitales con el objetivo de construir sistemas educativos resilientes y enfocados en mejorar las experiencias de enseñanza-aprendizaje en un entorno digital que cambia constantemente.

Mientras la mayoría de instituciones alrededor del mundo ya ha adelantado el proceso de transformación digital, la pregunta es ¿cómo podemos saber el nivel de madurez digital que tienen y cómo crear planes para avanzar en ello?

Este fue uno de los principales temas que abordé durante mi participación en el evento Canvas Connect México , en septiembre pasado, donde tuve oportunidad de hablar con docentes y líderes de tecnología educativa de universidades como la Anáhuac, el Tec de Monterrey y la Universidad de Guadalajara, entre otras, para discutir éste y otros retos que enfrenta la educación superior en México y la región.

Una investigación de HolonIQ sobre la transformación digital en la educación superior en América Latina y el Caribe, encontró que mientras el 76% de los educadores considera que la madurez digital es “muy importante” para el éxito de su institución, menos de la mitad cree que su institución es madura digitalmente.

Alcanzar la madurez digital requiere, entre otros factores, de un fuerte compromiso con edificar un modelo educativo centrado en cuatro pilares fundamentales:

1. Optimizar la experiencia del estudiante, creando procesos integrados y una experiencia fluida mediante la consolidación de sistemas (por ejemplo, un solo sistema de gestión de aprendizaje LMS que pueda orquestar desde la integración de los agentes de IA hasta los datos y analítica).

2. Mejorar la eficiencia operativa, usando los datos para medir el rendimiento de los programas y los estudiantes.

3. Potenciar la investigación, con acceso a datos para llevar a cabo investigaciones significativas y facilitar la cooperación interinstitucional local e internacional.

4. Innovar con visión a largo plazo, con infraestructura que pueda adaptarse al panorama tecnológico de los próximos 10 años.

Una pieza central de la evolución digital es la inteligencia artificial. Entre más pronto las instituciones educativas se adapten a su uso y aprendan a sacarle provecho, su interacción con ella será más fluida y les reportará mayores beneficios. Esto es algo que compruebo todos los días como parte de mi trabajo con universidades alrededor del mundo. Veo cómo la están incorporando a sus estrategias pedagógicas y digitales y cómo la forma en que lo hacen las diferencia a unas de otras.

Lo que he identificado desde Estados Unidos hasta Chile y pasando por Australia, Filipinas, el Reino Unido o España, es que, para adaptarse al nuevo entorno educativo impulsado por la IA, las universidades necesitan:

- Adoptar una mentalidad transformadora, con un mapa estratégico que las guíe hasta la madurez digital.
- Centralizar datos y gestionarlos estratégicamente y de forma segura.
- Aprovechar los recursos existentes e implementar programas de gestión del cambio para una mejor adopción.
- Romper los silos organizacionales para alinear los departamentos y romper las barreras entre grupos, áreas y tecnologías.
- Automatizar las tareas repetitivas con IA para liberar tiempo al personal académico.

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El Informe sobre el futuro del empleo 2025 publicado por el Foro Económico Mundial, proyecta que en 2030 cerca del 40% de las capacidades solicitadas para los nuevos puestos de trabajo cambiará y habrá un aumento en la demanda de habilidades tecnológicas relacionadas con la IA, big data y ciberseguridad, aunque las habilidades humanas como la creatividad, la flexibilidad y la resiliencia seguirán siendo cruciales.

Ante este escenario, mantenerse relevantes y preparar a los estudiantes para un futuro laboral en constante cambio exige que las universidades alcancen un nivel de madurez digital que vaya más allá de acumular herramientas. Lo esencial es aprovechar la tecnología de manera eficiente y coordinada, para adaptarse en tiempo real a los cambios tecnológicos y a las demandas del mercado laboral, siempre con seguridad, flexibilidad y fomentando la movilidad de los aprendices.

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Nota del editor: Ryan Lufkin es vicepresidente de Estrategia Académica Global de Instructure. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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