Lo que suceda con Huawei y Meng tendrá enormes implicaciones para la economía
JETHRO MULLEN y BEN WESTCOTT
HONG KONG - Estados Unidos ha intensificado su pelea tecnológica con China al revelar cargos contra la importante empresa de telecomunicaciones Huawei.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos alega que Huawei robó secretos comerciales de compañías con sede en Estados Unidos y conspiró para eludir las sanciones de Estados Unidos contra Irán. También fueron revelados cargos contra la directora financiera de la compañía, Meng Wanzhou, quien está bajo arresto en Canadá y enfrenta una posible extradición a Estados Unidos.
Lo que suceda con Huawei y Meng tendrá enormes implicaciones para las dos principales economías del mundo, que están enganchadas en un creciente conflicto por el comercio y la tecnología. La disputa dará forma a los lazos entre Beijing y Washington en los próximos años y podría ayudar o destruir el objetivo de China de convertirse en una potencia tecnológica global.
Los analistas dicen que Huawei podría sufrir el mismo destino que su rival más pequeño, ZTE, que quedó paralizado durante meses el año pasado debido a una prohibición de EU a que comprara componentes tecnológicos vitales a compañías estadounidenses.
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“Es probable que los cargos (...) resulten en la imposición de controles de exportación estadounidenses que amenacen la supervivencia de Huawei”, dijo Dan Wang, analista de tecnología de la firma de investigación Gavekal, en una nota a clientes el martes.
“Cualquier alivio para el líder nacional chino probablemente conllevará un precio elevado, y parece que el tema tendrá un papel central en las actuales negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China”.
Huawei: el icono tecnológico global de China
Huawei, una de las principales compañías tecnológicas de China, gana miles de millones de dólares vendiendo teléfonos inteligentes y equipos de telecomunicaciones en todo el mundo. Con sede en Shenzhen, es un ejemplo destacado del rápido crecimiento económico y tecnológico del país en las últimas décadas.
Vende más teléfonos que Apple y está liderando el despliegue de redes inalámbricas ultrarrápidas 5G en todo el mundo.
A medida que Huawei se expandía en el extranjero, Estados Unidos lo identificó como una amenaza a la seguridad desde 2012, alegando que el gobierno chino podría usar los productos de la compañía para espiar. Huawei, que niega las acusaciones, se encuentra en el centro de la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China para decidir quién se convertirá en la principal superpotencia tecnológica del mundo.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Geng Shuang, criticó los cargos de Estados Unidos contra Huawei el martes, acusando a Estados Unidos de intentar “asesinar” a empresas chinas.
En los últimos años, China ha anunciado planes para inyectar cientos de miles de millones de dólares en el desarrollo de industrias domésticas clave de tecnología, como microchips, inteligencia artificial y automóviles eléctricos. Eso ayudó a desencadenar la guerra comercial, a medida que el gobierno estadounidense atacaba lo que afirma son políticas injustas de China destinadas a impulsar a las empresas chinas a expensas de las estadounidenses, especialmente en el sector tecnológico.
La guerra comercial
El gobierno de los Estados Unidos ha aumentado la presión sobre Huawei a medida que libra una guerra comercial contra China.
Los aranceles sobre cientos de miles de millones de productos comercializados entre los dos países han perjudicado a empresas de todo el mundo, han agitado los mercados financieros y han contribuido a los temores de una desaceleración económica mundial.
El presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder chino, Xi Jinping, acordaron una tregua el mes pasado, y sus gobiernos están tratando de negociar un acuerdo más duradero para poner fin a las hostilidades. Una nueva ronda de conversaciones comenzará el miércoles en Washington.
El principal negociador comercial de Trump ha insistido en que la persecución de Meng por parte de las autoridades estadounidenses es un asunto legal que está completamente separado de las conversaciones comerciales. Pero Trump socavó esa postura al sugerir polémicamente que podría intervenir en el caso si eso ayudara a alcanzar un acuerdo comercial con Beijing.
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Los nuevos cargos de Estados Unidos contra Huawei harán que sea aún más difícil para los negociadores comerciales insistir en que el caso no tiene relación con sus conversaciones, de acuerdo con Wang de Gavekal, especialmente si a Huawei se le impone una prohibición a comprar partes estadounidenses.
“Los inversionistas deberían concentrarse ahora en dichos controles de exportación como una herramienta central de Estados Unidos en su enfrentamiento con China”, dijo.
El arresto de Meng Wanzhou
Las tensiones entre Estados Unidos y Huawei dieron un giro dramático el mes pasado cuando Canadá detuvo a su directora financiera a petición del gobierno de Estados Unidos. Washington quiere que Meng sea extraditada para enfrentar cargos de ayudar a Huawei a eludir las sanciones de Estados Unidos a Irán.
El gobierno chino reaccionó con furia, al decir que los cargos estadounidenses son políticos y pidió la liberación inmediata de Meng, quien niega haber cometido algún delito.
Su caso ya ha causado graves daños a las relaciones entre China y Canadá. Los medios de comunicación estatales chinos han publicado una serie constante de editoriales denunciando al gobierno canadiense por su papel en el caso.
Tras el arresto de Meng, las autoridades chinas comenzaron a detener a los canadienses que viven en China. Este mes, un hombre canadiense, que había sido condenado a 15 años de cárcel por tráfico de drogas, fue condenado nuevamente a muerte después de un juicio de un día de duración.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, despidió a su embajador en China el fin de semana después de que el diplomático hiciera comentarios controvertidos sobre el caso de Meng.
El abogado de Meng, Reid Weingarten, dijo en un comunicado que su cliente no debería ser un “peón o rehén” de la complicada relación entre Estados Unidos y China.
“La Sra. Meng es una empresaria ética y honorable que nunca ha dedicado un segundo de su vida a conspirar para violar ninguna ley de Estados Unidos, incluidas las sanciones iraníes”, dijo.
Huawei bajo presión
Estados Unidos ha estado presionando a sus aliados para que eviten el uso de la tecnología de Huawei y ZTE al centro de las redes inalámbricas ultrarrápidas 5G que se están construyendo en todo el mundo.
Australia y Nueva Zelanda ya han restringido el uso del equipo de Huawei, y otros gobiernos —incluidos Japón y Alemania— han intensificado su control. La semana pasada, el principal operador de telefonía móvil mundial, Vodafone, dijo que suspendería la instalación de equipos de Huawei en sus redes centrales en Europa, ante la incertidumbre política que rodea a la compañía.
Huawei ha criticado las medidas para excluirla de las redes como “decisiones irresponsables” basadas en consideraciones ideológicas y geopolíticas en lugar de razones tecnológicas válidas.
La presión sobre Huawei parece perjudicar su negocio en Europa y otros mercados desarrollados. Pero es poco probable que ese factor por sí solo amenace la supervivencia de la compañía, debido a que su equipo barato y confiable sigue siendo demandado en muchos países y las ventas de sus teléfonos inteligentes están aumentando.
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Los operadores de telecomunicaciones advierten que las restricciones a la tecnología de Huawei podrían tener amplias ramificaciones. El presidente ejecutivo de Vodafone dijo la semana pasada que una prohibición completa de todos los equipos de red de Huawei “sería un gran problema para nosotros y para todo el sector europeo de telecomunicaciones” y demoraría significativamente el despliegue de las redes 5G.
Steven Jiang y Daniel Shane contribuyeron a este reporte.