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Neurodiversidad, el antídoto para la discriminación digital

La neurodiversidad es una tendencia cada vez más clara a la hora de desarrollar productos y servicios digitales y más que una cuota social, se trata de una inversión
lun 13 mayo 2019 06:00 AM
Recuerdos
La programación requiere de nuevas habilidades para no dejar fuera a nadie

CIUDAD DE MÉXICO (Expansión).- En la humanidad se dice que el que gana las batallas es aquel que puede escribir la historia de lo que sucedió, aún cuando no haya sucedido precisamente como el ganador la está contando. Esto trasciende a nivel del lenguaje, pues finalmente se presenta como una de las herramientas de poder y comunicación con la que el ser humano ha trabajado. En la actualidad comunicarse puede significar hablar, escribir, textear o generar código y dentro de cada trinchera existe un humano formado bajo cierto esquema educativo y también ciertos prejuicios.

De acuerdo a un informe de la plataforma de redes sociales Buffer, escribir sin sesgo es una tarea que cada vez más desarrolladores de código toman con mayor importancia a un nivel en el que han incluido a profesionales de distintas etnias, edades, géneros y culturas con el fin de evitar que exista discriminación hacia los usuarios que acceden a plataformas y servicios en línea.

Para esto la “neurodiversidad” es un concepto que podrían aplicar a la hora de desarrollar nuevos productos, pues se basa en una tendencia donde se propone una “forma distinta de ver el mundo”, ya que se mira de manera más global y menos prejuiciosa.

Lee: ¿Las marcas con sesgo de género son rentables?

De acuerdo a Azael Barrera, project manager en EPAM Systems- empresa especializada en desarrollo de software- una de las tendencias que no sólo la empresa lleva, sino en general el gremio aplica es la de ser inclusivos en el lenguaje, y no, no precisamente en mitigar el género, sino en tratar de “hacer escuchar y generar código para todas las voces”.

Pues para el especialista, así como para la plataforma de gestión social “el lenguaje inclusivo busca tratar a todas las personas con respeto, dignidad e imparcialidad. Está construido para reunir a todos en el grupo y no excluir a nadie” apuntó Barrera. Y este tipo de sesgo se genera desde el mero uso de decirle hacker a los ciberdelincuentes o desarrollar plataformas web que no consideren a usuarios con capacidades distintas.

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Esto deja a los profesionales de código con un reto ante su trabajo: cambiar hábitos arraigados, considerar palabras, ser empáticos y sobre todo deben ser creativos e imaginar una experiencia distinta a la que ellos mismos esperan.

De acuerdo al Foro Económico Mundial, en 2018 se generaron 10,000 millones de megabytes de información nueva por segundo. Data que se está usando en distintas plataformas de inteligencia artificial y desarrollo de software, por lo que los recursos por generar plataformas más inclusivas están dentro del mismo recurso humano que hay en el mundo.

Un problema que impacta a plataformas y datos

Un estudio hecho por la Carnegie Mellon University demostró que los salarios encima de los 200,000 dólares eran mostrados con mayor frecuencia a candidatos hombres, como consecuencia de que el 70% de las solicitudes a empleos que hay en Estados Unidos pasan por un filtro de IA antes de ser analizadas por un humano.

Casos como Tay, una robot desarrollada por Microsoft que tuvo que ser retirada del mercado por entablar conversaciones racistas, demostró que alimentar de información prejuiciosa y sectaria a un sistema de IA tiene consecuencias. El sistema fue retirado en 2016, justo un día después de haberse lanzado.

Para evitar generar este tipo de problemáticas, Buffer generó una guía para hacer la interacción digital y de código más inclusiva:

  1. Poner a la gente primero: esto a la hora de desarrollar los buscadores, pues no será lo mismo decir una “ingeniera” a decir, “una mujer dentro de nuestro equipo de ingeniería”. El lenguaje de las personas primero mantiene al individuo como el elemento más esencial, por ello es mejor ponderar características de los individuos como género o religión, sólo cuando sean realmente relevantes en la discusión.
  2. En lo posible se deben evitar expresiones idiomáticas, jergas o acrónimos. Esto porque no se puede dar por hecho con un usuario esté habituado a cierto entorno o país sólo por estar en ese mismo lugar. Un ejemplo claro es generalizar ciertas frases que en México podrían significar una cosa y en España otro, como: “perdona, ¿te cojo en mal momento?”, pues la frase podría malinterpretarse en el caso mexicano, mas no en el español.
  3. Cuando se habla de discapacidad, evite las frases que sugieran la condición de víctima, por ejemplo , "afligido por", "víctima de", "sufre", "confinado a una silla de ruedas". Así como de los eufemismos, como “personas con habilidades diferentes”.
  4. Preguntar es válido. Crear pruebas con distintos sujetos y usuarios antes de lanzar una plataforma podrá evitar en mayor medida que se genere un sesgo, pero de acuerdo a Barrera lo más efectivo es: integrar grupos de programación diversos y que dentro de sus etnias o géneros “no entren en el prototipo”.

De acuerdo a Michael Schrage, investigador del Centro de Negocios Digitales de la Escuela de Negocios del MIT, “los líderes que toman en serio las principales transformaciones de IA están invirtiendo no solo en conocimientos técnicos innovadores sino también en nuevas capacidades organizativas. Mientras lo hacen, deberán tener mucho cuidado de no recrear los errores de productividad del pasado” argumentó el académico, en una investigación emitida por el MIT.
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Por lo que usar esta información para la generación de nuevos productos, incluyendo no sólo la data de interacción de más personas, sino también las necesidades que tienen, podrán generar mejores productos y servicios.

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