Tallin, la capital del país, alberga un tercio de la población de Estonia que asciende a un millón 324,000 habitantes y es una ciudad que hace 15 años vio nacer Skype, la compañía de mensajería que después fue adquirida por Microsoft en 8,500 millones de dólares. También tiene las oficinas de Transferwise, que si bien es de origen británico fue fundada por dos estonios: Kristo Kaarman y Taavet Hinrikus. Y más recientemente también alberga las oficinas centrales de Bolt, la compañía de movilidad.
“El talento es móvil y por eso el gobierno debe actuar, nosotros identificamos que el tiempo era el recurso necesario para revertir que los ciudadanos perdieran tiempo y ya sea que estés en Estonia o no, nosotros abrimos la posibilidad de que en sólo 30 minutos abras tu empresa, por mucho que te tardes la abres en una hora, esto porque todo está automatizado, no hay corrupción en el proceso y queremos incentivar la innovación” precisa Lubi.
Hoy, el 70% del Producto Interno Bruto (PIB) de Estonia se nutre del sector servicios, y aquellos relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son los que más aportaron al crecimiento de la riqueza nacional en el 2018, de acuerdo a la cifras del Ministerio de Asuntos Económicos de Estonia y parte de este éxito ha sido la digitalización del 99% de su servicios de gobierno.
“Los únicos servicios de gobierno que no han podido digitalizarse son casarse, divorciarse y morirse y esto es por obvias razones. La tecnología está en la vida cotidian, la escuela, la salud, la seguridad, de hecho los datos de un recién nacido se ingresan en el registro de población que lo dota de una identidad digital, donde se garantizan los accesos a programas de gobierno, como son escuela, salud y servicios” precisa Lubi.