La compañía con sede en Silicon Valley, que ha sufrido reveses por parte de autoridades y operadores establecidos en varios países, tiene 21 días para apelar y podrá seguir realizando su servicio durante el proceso, que es probable que incluya acciones judiciales y se prolongue durante varios meses.
“TfL ha identificado un patrón de fallas por parte de la compañía, incluidos varios incumplimientos que pusieron en riesgo a los pasajeros y su seguridad”, dijo el regulador el lunes, el día en que expira la licencia de la firma.
“Pese a abordar algunos de estos asuntos, TfL no confía en que no vuelvan a ocurrir asuntos similares en el futuro, lo que llevó a la conclusión de que la compañía no es apta en este momento”, agregó.
Uber, que tiene unos 45,000 conductores en Londres, dijo que apelará la decisión -a la que calificó como “extraordinaria y errónea”-, asegurando que ha adoptado medidas para cambiar su modelo de negocio y mejorar sus estándares en seguridad.
“Durante los dos últimos meses hemos auditado a todos los conductores en Londres”, dijo Jamie Heywood, jefe de Uber en Europa del Norte y Este. “Tenemos robustos sistemas y controles vigentes para confirmar su identidad e introduciremos pronto un nuevo proceso de reconocimiento facial, que creemos que es el primero en la contratación privada y de taxis en Londres”.