Hace unos meses, Margo Glantz, escritora y catedrática mexicana, lamentó que sus huellas nonagenarias se habían borrado, no tanto por el hecho de borrarse, sino por el hecho de que los bancos no la atendían por esta razón.
El uso de biométricos inclusivos es una realidad que llevará tiempo
Su caso evidencia que aunque los biométricos, que brindan accesibilidad y seguridad, para interactuar con nuestros celulares o aplicaciones, es una práctica cada vez más popular, ceñirse sólo a un tipo de biométrico es caer en exclusión.
Mis huellas digitales nonagenarian se han borrado y los bancos se niegan a atenderme : ¿castigo por sobrevivír?
— Margo Glantz (@Margo_Glantz) February 25, 2020
Tanto los adultos mayores, que van perdiendo las huellas dactilares con el paso del tiempo, como las personas que padecen de adermatoglifia- una condición genética que evita que las personas tengan huellas dactilares- los deja fuera de estas aplicaciones que implican usar alguna parte del cuerpo como un password.
“Hay tres tipos de biométricos que pueden integrarse y que posibilitan la inclusión. Uno de los más populares es el uso de voz, otro el de reconocimiento facial y uno de los que ha cobrado mayor interés es el de huella dactilar. Estos sirven para poder validar que una persona que dice ser quien es pueda verificar esta identidad y también que está vivo”, precisó Santiago Greco, gerente senior del área de consultoría y business hacking de Globant.
La elección del tipo de biométrico que usa cada app es 100% responsabilidad de la institución detrás del sistema. Los expertos recomiendan que al elegir también debe evaluar la audiencia a la que irá dirigida la aplicación, pues no todos los usuarios tienen un teléfono con tecnología capaz de identificar una huella dactilar.
“Se debe pensar en las gamas de teléfonos que tienen los usuarios y si eres una institución bancaria, una empresa de retail o una empresa de telecomunicaciones que busca validar la identidad de alguien, debes pensar que habrá una audiencia muy heterogénea en tu app”, puntualizó Greco.
Sin embargo para poder lograr una validación efectiva de este tipo de biométricos se requiere de tiempo e información. Una opción de inclusión es aplicar la voz como un doble factor de identidad, pero éste es un biométrico que requiere tiempo e información para ser aplicado con éxito.
“La realidad es que la voz es friccionaria. La cara es la que menos sufre y la que más se utiliza en modo biométrico si está bien construida la arquitectura biométrica, pues se puede ir actualizando sin que el usuario se tenga que acercar a algún lugar. La huella depende sí o sí de que una o más veces hayas interactuado con la empresa y enroles las huellas. En cambio en la voz se necesitan entre seis y nueve meses de recolección de datos biométricos de voz para tener un modo neurolïngüístico particular de cada voz”, precisó Greco.
En este episodio de Geek Hunters te contamos...
Esto significa que para que un sistema ubique tu tono, las vocales, el acento y la forma en cómo hablas se necesitará de más tiempo que con los otros dos tipos de validación biométrica aunque este formato da acceso en caso de que no se tenga conexión a internet o si se tiene un equipo celular de gama media además de brindar el mismo nivel de efectividad que la huella dactilar o la detección facial, afirmó Greco.
Pese a las limitaciones de las huellas dactilares como identificación biométrica, una encuesta de 2019 realizada por Research and Markets, reveló que este tipo de formato es el preferido por 63% de los usuarios, seguido del facial con 14%, PIN con 8% y finalmente el formato de reconocimiento de voz con 2% del gusto de los usuarios.
La tendencia de crecimiento de este tipo de herramientas se perfila para alcanzar un punto máximo de adopción en 2024, cuando alcance los 50,000 millones de dólares en valor de mercado, de acuerdo con Global Market Insights.
Seguridad para todos con estándares claros
En la industria financiera, la regulación de cada país define cuál es el número de huellas dactilares o de biométricos que se deben usar en la integración de las aplicaciones. En el caso de Argentina se requieren cuatro huellas, de acuerdo a Greco mientras en México este esquema se ha visto detenido por la crisis sanitaria de COVID-19 que se vive en el país.
Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), anunció en la última Convención Bancaria que se crearía una base, llamada Red-Tec, que permitirá altos niveles de protección y seguridad para evitar la suplantación de identidades en la industria, y que se basará en el uso de datos biométricos de los usuarios. Sin embargo, la base no ha sido desplegada debido a la crisis sanitaria.
De acuerdo con la ABM al día se realizan unas 145 millones de transacciones bancarias, por lo que robustecer la infraestructura de estas operaciones es fundamental, para evitar vulnerabilidades.
“Todos los métodos son seguros lo que sí es que necesitan un tiempo de madurez para ser casi perfectos. En cuanto a seguridad hay mucho trabajo previo que sirve como estándar, en el caso de los bancos, se tiene que buscar la base de datos NIS, la cual está reglamentada por FBI. Eso sí, ningún rasgo biométrico queda del lado del banco, ni marca, o sea las marcas no se quedan más que con pequeñas muestras de los usuarios para validarlas en un motor biométrico que está bajo un entorno de seguridad”, precisó Greco.