A partir del domingo 26 de julio los templos e iglesias de la Ciudad de México reabrieron sus puertas al público aunque con ciertos controles de sanidad para evitar contagios por COVID-19. En la Basílica de Guadalupe y en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México algunos de estos controles fueron basados en tecnología, como las cámaras termográficas instaladas a la entrada de ambos templos, para medir la temperatura entre los asistentes para evitar posibles contagios.
En las tres entradas de la Basílica las cámaras instaladas por la empresa mexicana Multimedia fueron las encargadas de medir la temperatura, en lugar de mantener personal con termómetros manuales.
“A la basílica entra mucha gente y no es posible tener a la gente midiendo con termómetro manual a todo mundo. Las cámaras miden 1,800 gentes por minuto. El objetivo es medir si alguien tiene fiebre, lo que se evita es que entre alguien con un posible caso de COVID-19”, dijo, Federico Bausone, director general de Multimedia, empresa encargada de la fabricación e instalación de las cámaras medidoras de temperatura.