Hasta antes del confinamiento causado por la pandemia del COVID-19, los espacios de trabajo colaborativo, o coworkings, se habían convertido en una tendencia de espacios de trabajo que permitía a startups, negocios de industrias creativas y mucho profesionales independientes pagar por un sitio cómodo donde trabajar, sin estar ligado a un corporativo; sin embargo, esta tendencia ha sido un tanto apagada por el home office y la ahora necesidad de permanecer productivos, pero alejados del mayor contacto social posible.
Si bien la pandemia ha probado que el home office puede elevar la productividad, según estimaciones de KPMG, para muchos profesionales trabajar en casa no es tan cómodo, por el ambiente del hogar, o tan efectivo, pues 55% afirman tener demasiadas distracciones en casa para trabajar, según datos de CoworkingSources.org. Por estas razones han comenzado a surgir espacios que se mantienen como coworkings pero ofrecen agregados como acceso a herramientas digitales premium, plataformas que los conectan con más proyectos online y que usan espacios que con la pandemia ahora permanecen ociosos, todo el pago de una suscripción mensual, como un servicio de streaming.