Análisis, toma de decisiones y una narrativa madura son los tres componentes que definen a Triangle Strategy, el título más reciente de Square Enix para Nintendo Switch, un juego que apuesta por una buena historia y mecánicas sencillas, pero efectivas, en el género del RPG táctico.
El juego inicia 30 años después de un conflicto conocido como la Gran Guerra Ferrosalina entre las tres regiones principales de Norselia, un continente ficticio, donde cada una tiene dominio de ciertos recursos. Si bien existe paz y relaciones comerciales entre los reinos, eso no quiere decir que haya amistad.
Para arrancar la historia ambientada en un entorno medieval, el jugador asume el rol de Serinoa Wolffort, el heredero de la dinastía que defiende el reino de Glacoburgo, quien además se va a casar con Frederica Fraguahelada, una joven noble de Dunálgida. Dicha unión pretende generar lazos entre ambos reinos.
Si bien hay deseos de mantener la paz, los intereses del linaje de los nobles pronto van a ser más importantes, por lo que las traiciones y el derramamiento de sangre comenzará. Los conflictos geopolíticos construyen la base de una historia profunda, con personajes bien desarrollados, y donde el jugador toma un papel participativo en las decisiones, las cuales tienen importantes repercusiones en el curso de los hechos.