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Ocho consejos de una CCO de Silicon Valley para mejorar tu empresa

Rupal Hollenbeck, directora comercial ejecutiva para Check Point a nivel global, compartió sus consejos para ser una mejor empresa, profesionista y empoderarte como mujer.
jue 16 junio 2022 06:00 AM
Rupal Hollenbeck

Detrás de un sencillo vestido azul y la sonrisa de oreja a oreja que caracteriza a Rupal Hollenbeck, se encuentra una mujer que ha sido directora de marketing Cerebras Systems, en Silicon Valley; jefa de la oficina de marketing, en Oracle, y vicepresidenta corporativa de Intel.

Pero reducir a Hollenbeck a 25 años de experiencia en la industria tecnológica sería limitado. También es una defensora de organizaciones inclusivas y el desarrollo de las mujeres en todo el mundo, pues es miembro fundador de Neythri, una ONG sin fines de lucro dedicada al avance profesional de las mujeres del sur de Asia y es LP fundadora en la firma de capital de riesgo afiliada, Neythri Futures Fund.

A su vez, también encuentra tiempo para ser esposa, madre, profesora y asesora de la industria en la Universidad Estatal de California East Bay, donde imparte un curso de Mujeres en Liderazgo en la Facultad de Negocios y Economía. Actualmente, Hollenbeck es la directora comercial para Latinoamérica de Checkpoint, encargada de gestionar todas las funciones de comercialización de la empresa.

Cuando pedimos a Ray Jiménez, vicepresidente en Latinoamérica y sur de EU de ventas de las Américas en Check Point, que describiera a Hollenbeck en una palabra, su respuesta fue: “Una es imposible. Serían cuatro: sumamente inteligente y excelente comunicadora”.

En Expansión, tuvimos la oportunidad de tener una entrevista exclusiva con Rupal Hollenbeck y esto fue lo que nos compartió:

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La historia y los consejos de Rupal Hollenbeck

¿Cómo era Rupal cuando era niña?

Una ciudadana global y apasionada por el aprendizaje. Me siento muy afortunada porque viví en muchos países a lo largo de mi vida. Aunque nací y crecí en EU, también viví en Japón; después, con mi familia, me mudé a Singapur y luego a China. El haber vivido y trabajado en cuatro países distintos me dio una visión más amplia del mundo e intento criar a mis hijos y a mi familia de la misma manera. Siempre intento tener una visión más global del mundo y me importó mucho la perspectiva de los otros.

Por otro lado, como siempre estaba en un lugar nuevo en el que desconocía la lengua, la cultura y las prácticas de cómo se hacen negocios, siempre tuve que aprender y estar abierta a aprender. Porque si no, siempre iba a fallar.

¿Quién te ayudó a darte cuenta que querías estar en la industria tecnológica?

Me di cuenta yo misma, aunque nunca me había hecho ilusión la tecnología. Cuando estaba por graduarme me iba a mudar de regreso a Japón y pensaba en buscar empleo como banquera o dedicarme a una empresa de bienes de consumo.

Pero esa fue una de las principales lecciones en mi carrera y un consejo que siempre le digo a mis hijos, mis estudiantes y mis colegas: siempre escribe tus planes con lápiz. Nunca las escribas con pluma. Y mantén tu mente abierta.

Y mi segundo consejo es: “nunca digas que no en las primeras 24 horas”. Piénsalo… toma un vaso de vino y te aseguro que en la mañana se verá distinto.

Muchas veces el estrés de la vida cotidiana influye sobre nosotros. Y si alguien llega con una idea un poco loca, la primera respuesta siempre es “No”, “estoy ocupado”, “no sé hacer esto”… e inmediatamente dices “no”. Cierras tu mente.. así que siempre aconsejo que no digas que no las primeras 24 horas. Relájate, toma un vaso de vino, piénsalo.

¿Cómo aprendiste esta lección?

¡Porque dije que no y me arrepiento! Cuando era más joven, el primer trabajo que me ofrecieron fue para ser gerente de producto de licuadoras. Recibí esta propuesta y pensé que era el único trabajo que encontraría. Ya casi me iba a graduar, no tenía empleo, estaba en pánico, no tenía la suficiente autoestima…

Pero por diversas circunstancias una amiga me dijo: “voy a una entrevista de trabajo con una compañía tecnológica que está creciendo, llamada Intel”. Yo pensé: “¿a quién le importan los chips?” Ahora sabemos que los chips dominan el mundo, pero en ese entonces yo no lo sabía, así que le dije que no.

Ella me dijo que le diera mi CV y al día siguiente recibí una llamada de Intel. Me dijeron que habían visto mi currículum, mis habilidades lingüísticas y ¡que querían hablar conmigo! Si ella no hubiera tomado mi CV tal vez seguiría vendiendo licuadoras y no hubiera tenido 23 años de una gran carrera. Fue una gran lección que aprendí temprano en mi carrera.

20 años después cometí el mismo error, cuando estaba viviendo en Singapur. Mi jefe me llamó y me dijo que quería ofrecerme un trabajo más grande y mudarme a China. ¿Crees que aprendí mi lección? ¡Pues dije otra vez que no! Gracias al cielo este hombre sabía de lo que yo era capaz. Me dijo: “veo algo en ti que los demás no ven y, tal vez, tú tampoco ves”.

Esta es la tercera lección que siempre le digo a la gente: a veces, solo tienes que creer en la gente que cree en ti. Todos tenemos este problema de falta de autoestima: hombres, mujeres, niños y, en ocasiones, solo tienes que darte cuenta que la manera en la que tu te ves en el espejo no es la misma que como te ven los demás. Escucha a los otros. Porque tal vez tu voz interna te dice que no, pero otra persona te está viendo y está diciendo: “¡vas!”

¿Cómo fue tu transición de Oracle a Checkpoint?

No fue directa. Después de estar en Intel y Oracle quería demostrarle al mundo que podía estar en una startup. Yo vivía en Silicon Valley y sentía como si me fueran a quitar mi “pasaporte” de Silicon Valley si no trabajaba en una startup. Fui a una startup de Inteligencia Artificial (IA) y era fascinante… Pero hice dos cosas: me uní a esa compañía y al mismo tiempo me uní a la junta de directores de Checkpoint. Así estuve en las dos áreas más candentes de tecnología: IA y ciberseguridad.

¿Tuviste miedo?

Me estaba muriendo de miedo, aunque siempre me veían sonriendo (ríe). Pero te puedo decir que fue un tiempo de mucho aprendizaje y agresivo. Cuando estaba en Oracle aprendí muchísimo sobre la nube y los servicios de la nube. Pero cuando me uní a Checkpoint me subí a una nueva curva de aprendizaje. Pero sabes que es el nivel de miedo correcto cuando sientes mariposas en el estómago. Siempre es muy bueno tener mariposas en el estómago. Lo que es malo es sentir murciélagos. Si lo que sientes son murciélagos… probablemente lo estás llevando muy lejos.

Pero me subí en esta curva de aprendizaje y aprendí mucho sobre IA. Porque solamente éramos 400 personas y todo lo teníamos que hacer nosotros. No estábamos en una compañía con la infraestructura de 150,000 personas.

Y en Checkpoint tenía que saber de lo que todos hablaban siempre. Tengo habilidades de comunicación, pero había muchas cosas que no conocía. Lo que es cierto es que tenía una gran red de directores que eran increíbles. Recibí mucha ayuda y nunca me importó hacer muchas preguntas, no importa si eran muy básicas. Hay que aprender de los otros siempre…hacer preguntas es la quinta lección. Si no haces preguntas y no te equivocas, no aprendes nada.

En tu experiencia, ¿por qué es importante tener mujeres al mando de la ciberseguridad?

Adivina qué: las organizaciones tienen hombres y mujeres dentro de ellas. Si estás creando un producto o servicio para hombres y mujeres dentro de los espacios, donde se crea debe de haber hombres y mujeres. ¿Cómo vas a comprender tu mercado si no está representado en tu propia compañía?

Ahora, en términos más generales, en la industria de la tecnología cada vez lo entienden más. Cada vez hay más mujeres tomando decisiones. El mejor producto siempre será el que se haga en conjunto, porque tenemos que servir a todo tipo de personas. Si hay diversidad en el mercado, debe de haber diversidad en quienes construyen y venden los productos.

Ahora, en cuanto a la ciberseguridad, cada vez hay más y más mujeres. Recientemente estaba en la conferencia RSA en San Francisco; una conferencia de ciberseguridad. Fui a una cena donde hicieron un panel y había cuatro CEO’s. De las cuatro personas, tres eran mujeres y un hombre. Y de esas mujeres, una era latinoamericana y la otra india americana y el hombre era africano americano.

Eso es una parte muy importante de la conversación.

Si pudieras resolver solo un problema de ciberseguridad en Latam, ¿cuál sería?

Necesito más café para esa respuesta.

Creo que hay muchos retos en esta región. Cuando alguien me pregunta “¿cuál es una cosa?” pienso en cosas muy personales. Y algo que es importante para mí es la seguridad en internet. Tengo una familia, tengo padres mayores que han sido víctimas de hackers y no sabían cómo resolverlo. Creo que en este mundo post pandémico, donde la gente trabaja todo el tiempo en dispositivos, nos exponemos a muchos riesgos. Desde el cajero automático hasta tus dispositivos. La seguridad en internet es clave.

Me emociona una línea que tiene Checkpoint que se enfoca en esta área, llamada Harmony. Así que si pudiera resolver solo un problema, sería hacer internet un lugar más seguro para mis hijos, mis padres, mi familia.

¿En qué deberían de invertir las empresas de LATAM para mejorar la ciberseguridad?

La nube. Tener un guardia de seguridad parado fuera de tu negocio no te mantendrá seguro. Necesitas que ese guardia esté en línea. El riesgo es tan alto, pero hay soluciones allá afuera. La transformación digital no es algo solo para EU, Europa y Asia. También debe de ser prioridad en Latam. Y no solo para las empresas grandes, sino también para las pequeñas y medianas empresas. Por eso, asegurar tus transacciones e inversiones en la nube es muy importante, especialmente cuando piensas en México donde la mayoría de las economías son pequeñas y medianas.

¿Qué resaltarías que cambió después de la pandemia?

Que el mundo virtual y el mundo físico ya son híbridos y esto tiene muchas implicaciones. Estamos aprendiendo esto como compañía, como sociedad y como familias. Ahora somos híbridos y ese cambio fundamental significó que el mundo virtual y el mundo físico se tienen que integrar mejor y eso tiene impactos en todas las industrias.

¿Te sientes una mujer empoderada?

¡Si! Todas lo somos. Somos tan empoderadas como queremos serlo.

¿Qué le dirías a las mujeres que no se sienten empoderadas?

Primero que nada, haría todo lo que esté en mi poder para empoderarlas. Esa es mi

misión… dejar este mundo mejor que cuando llegué a él. Así que haría todo lo posible para pavimentar el camino para la siguiente mujer. Porque después de ella habrá otra mujer y después mi hija.

Pero si no, el empoderamiento personal es algo muy importante. Como mujeres creemos que el empoderamiento nos lo dan otras personas, pero no es así. Nos lo damos nosotras mismas.

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