Luego de haber aprobado la estandarización del uso del USB-C en el mercado de los teléfonos inteligentes, la Comisión Europea quiere tener un mayor impacto en esta industria y ahora buscará mejorar la batería de los dispositivos, además de obligar a las empresas a que haya mayor disponibilidad de de piezas de repuesto.
De acuerdo con los borradores de las propuestas de los legisladores en el bloque europeo, estas propuestas tienen el propósito de reducir la huella de carbono en Europa, pues pretende que a través de una mejora de la batería y acceso a repuestos de los teléfonos, estos extiendan su ciclo de vida cinco años, cuyo equivalente es retirar a 5 millones de autos de las calles.
Con estas medidas, los reguladores buscan que los fabricantes hagan productos más duraderos y sencillos de reparar, pues esto también tendría un impacto positivo en la reducción de desechos electrónicos y mejoraría la tasa de reciclaje para reutilizar los materiales necesarios en la fabricación de dispositivos.