La empresa de biotecnología de Elon Musk, Neuralink, está bajo investigación del Departamento de Transporte de los Estados Unidos (USDOT, por sus siglas en inglés), por supuestamente haber transportado ilegalmente dispositivos contaminados que fueron extraídos de cerebros de monos.
El objetivo de Neuralink es desarrollar un implante en el cerebro capaz de controlar una computadora, así como ayudar a personas paralizadas a caminar de nuevo o aliviar otras dolencias neurológicas.
Para cumplir con esta meta, la compañía ha tenido que realizar varias pruebas en animales que van desde cerdos hasta monos; sin embargo, su conducta ha sido sumamente cuestionada por organizaciones animalistas.