En 2003 y con 19 años, inspirada por sus aspiraciones de ser médico, pero con un miedo a las agujas, Holmes fundó Theranos bajo el objetivo de revolucionar la salud preventiva por medio de análisis de sangre rápidos y eficaces.
Su relevancia en el panorama tecnológico, entonces, fue creciendo. De acuerdo con The New York Times , construyó su imagen pública alrededor de su voz “inusualmente grave, una mirada intensa y un uniforme de suéteres negros de cuello alto que pretendedían evocar a Steve Jobs”.
Durante su etapa como directora ejecutiva y presidenta de Theranos, Holmes fue descrita como una persona persuasiva e inspiradora. Asimismo, cuando llegaron las primeras acusaciones hacia su empresa, ella se dedicó a defenderla y rechazaba cualquier crítica, pues decía que la empresa estaba cambiando al mundo.
Su éxito también tuvo efectos en la percepción de seguridad que tenía respecto a la gente a su alrededor, pues el mismo diario estadounidense resalta que instaló vidrios a prueba de balas en su oficina y viajó en avión o con chofer y una escolta de seguridad.
Theranos, de promesa a fraude
Holmes aseguraba que su innovación bautizada como Edison sería un “laboratorio en casa”, comentarios que contribuyeron a que Theranos alcanzara una valoración de 9,000 millones de dólares en 2014, pero en octubre del año siguiente una investigación de The Wall Street Journal comenzó con la serie de revelaciones que mostraron los fraudes detrás de la empresa.
En la pesquisa se puso en duda las capacidades de la máquina de Theranos y a partir de entonces el Departamento de Salud de Estados Unidos comenzó una investigación en su contra, la cual también dio pie a demandas por parte de médicos o pacientes mal diagnosticados, así como de los inversionistas por el delito fraude.
Entre las quejas respecto al producto se encontraba el hecho de que pedía muestras de sangre convencionales y no sólo una gota, además de errores sobre las enfermedades detectadas. Ante esto, el gobierno de los EU revocó su licencia para llevar a cabo análisis de sangre e impuso los cargos de “fraude masivo” ante la Comisión de Valores y Bolsa.
De acuerdo con fiscales que dieron detalles en torno a la investigación del caso, Holmes era consciente de que las máquinas no serían capaces de detectar enfermedades tan sólo con una pequeña muestra de sangre. Además, señalaron que mentía a los inversionistas, empleados y pacientes para seguir amasando su fortuna.
Para septiembre de 2018, la empresa fue disuelta y se determinó que el juicio federal comenzaría en julio de 2020, pero este fue aplazado debido a la pandemia y al embarazo de la empresaria.