Sus creadores dejan claro que no es una terapia ni reemplaza a un especialista. El psicólogo Javier García coincide en que las herramientas tecnológicas son un gran complemento, pero advierte que “es importante que un profesional determine si la persona solo necesita ese soporte o si debe iniciar un proceso más profundo con un especialista. La tecnología puede facilitar, pero no sustituir el apoyo humano”.
La búsqueda de apoyo en la inteligencia artificial no se limita a apps especializadas. Muchas familias usan asistentes virtuales como ChatGPT o herramientas similares para obtener ideas o resolver dudas rápidas. López cuenta que no propiamente pide consejos de crianza, pero sí ha usado la IA para inspirarse.
“Le he pedido a ChatGPT que me recomiende actividades para hacer con mi hijo que no involucren pantallas o recetas de comida que le pueden gustar porque a veces me quedo sin ideas”, explicó en entrevista.
El artículo “Orientación de políticas sobre el uso de la IA en favor de la infancia”, elaborado por la UNICEF y publicado en 2021, señala que los niños de hoy forman parte de la primera generación cuya salud, educación y vida diaria están profundamente mediadas por la tecnología y, cada vez más, por sistemas de inteligencia artificial. Esto incluye desde herramientas educativas adaptativas hasta aplicaciones que ayudan a desarrollar habilidades socioemocionales.
Entre los beneficios que identifica el organismo están el aprendizaje personalizado, el fortalecimiento del pensamiento crítico y la creatividad, así como la capacidad de detectar problemas de salud mental de forma temprana.
Pero junto con las oportunidades vienen los riesgos: la creciente brecha digital, la automatización del trabajo y la vulneración de la privacidad. UNICEF advierte que incluso en productos no diseñados para niños, la IA puede impactar directa o indirectamente su desarrollo. Por eso enfatiza que las tecnologías de IA deben garantizar siempre un componente humano en los escenarios más delicados, como la salud mental o el acoso escolar.
De acuerdo con Caicedo, Wizzer busca situarse en ese equilibrio: aprovechar las capacidades de la inteligencia artificial para dar respuestas inmediatas y adaptadas, pero sin pretender reemplazar la intuición y el criterio de los padres, ni el acompañamiento profesional.
“Si algo no resuena con el estilo de crianza del usuario, la app ofrece alternativas. No se trata de dar órdenes, sino de ampliar opciones”, explicó Caicedo.