EU quiere sus fábricas, mientras China avanza
Al tiempo que Trump desea trasladar la fabricación de chips a Estados Unidos, China no detiene su consumo y expansión local. De acuerdo con John Neuffer, presidente y director ejecutivo de SIA, “el crecimiento del mercado global de chips se vio impulsado por la fuerte demanda en América y Asia Pacífico”.
Aunque la declaración está orientada a un sentido global, es innegable que China es una de las regiones de mayor potencial no sólo en el consumo, sino también en la fabricación aun cuando recientemente EU permitió el regreso de Nvidia y AMD bajo una cuota del 15% sobre esos ingresos.
En ese contexto, si bien China se ha vuelto a abrir a las importaciones de tecnología, su estrategia a largo plazo, mencionó Srabanti Chowdhury, investigadora principal del Instituto Precourt de la Universidad de Stanford al Foro Económico Mundial , pues la nación seguirá impulsando con fuerza su autosuficiencia.
Aunque “se reanuden las exportaciones en algunas áreas, no creo que esto frene su inversión en fábricas, fundiciones, embalajes y herramientas de automatización de diseño electrónico nacionales. De hecho, les da un poco más de margen para expandirse mientras siguen trabajando hacia la independencia tecnológica. A largo plazo, es poco probable que cuenten con un acceso estable a la tecnología estadounidense, y esa mentalidad ya está arraigada en su estrategia nacional”, explicó Chowdhury.
Una muestra de esa relevancia lo demostró esta semana la empresa china de semiconductores Cambricon, la cual registró ganancias récord en el primer semestre del año, lo que subraya cómo las opciones locales están ganando terreno a medida que Beijing busca impulsar su industria nacional.
Cambricon es una de las múltiples empresas que compiten por ser una alternativa a la tecnología estadounidense para el entrenamiento y ejecución de tareas de IA. Durante este periodo, la firma anunció un aumento interanual de más del 4000% en sus ingresos, alcanzando los 2,880 millones de yuanes chinos (alrededor de 402.7 millones de dólares).
Si bien esas cifras son bajas en comparación con las de Nvidia, que reportó 44,000 millones de dólares en ingresos en el trimestre de febrero a abril, el aumento de ingresos de Cambricon pone de relieve cómo las tecnológicas chinas buscan alternativas a Nvidia o AMD, dado el escenario de que podrían quedar aisladas de la tecnología estadounidense.
De acuerdo con Guaurav Gupta, analista especializado en semiconductores de Gartner, acelerar la producción de chips en China es una de las formas que están lidiando con las restricciones estadounidenses y agregó que también están creando sus propio ecosistema de chips, desde conseguir los materiales, los procesos de fabricación e incluso las pruebas y empaquetamiento.
“Esto les brinda una vía para adquirir chips de IA que quizá no puedan competir con los de las empresas líderes de Estados Unidos, pero siguen progresando”, señaló Gupta, y otro claro ejemplo es Huawei.
El gigante asiático ya inició a realizar envíos del chip de IA 910C a sus clientes en China, según un reporte de Reuters. Se trata de una unidad de procesamiento gráfico (GPU), que logra un rendimiento comparable al H100 de Nvidia, razón por la cual Paul Triolo, socio de la consultora Albright Stonebridge Group, dijo a la agencia de noticias que este chips se convertirá en la opción principal de los desarrolladores chinos
A pesar del panorama de nacionalismo en Estados Unidos, Chowdhury apuntó que hay un verdadero potencial de beneficio mutuo entre potencias, ya que la competencia puede impulsar la innovación, expandir los mercados y elevar el nivel de exigencia para todos.
No obstante, si se apuesta por la disociación y el control, existe el riesgo de perder escala, eficiencia y el tipo de colaboración que impulsa avances a largo plazo. “Esto no solo es malo para Estados Unidos, sino que también frena el progreso global”, concluyó. “La estrategia inteligente es ser selectivo: proteger lo sensible, sin duda, pero mantener la disposición a la coordinación cuando sea lógico. La industria de los semiconductores se diseñó para ser interdependiente. El desarrollo de la resiliencia debe lograrse mediante una sana competencia y colaboración, no mediante el aislamiento”.