Un ejemplo emblemático y reciente de cómo la eSIM ya toma protagonismo es el iPhone Air. Este modelo fue diseñado sin ranura para tarjeta SIM. En mercados como México, su lanzamiento marca un cambio simbólico que deja atrás la dependencia del chip físico.
De acuerdo con proyecciones de The CIU, 21 millones de líneas en México utilizarán eSIM para 2025, un salto que anticipa un punto de inflexión en el mercado. Incluso operadores tradicionales como Telcel y AT&T ya ofrecen paquetes con eSIM.
La paradoja es que la tecnología avanza más rápido que su reconocimiento público, pues solo 12.9% de los usuarios sabe qué es una eSIM, pero la mitad de ellos ya la adoptó. Además, 18.3% declara que desea utilizarla próximamente, asegura The Ciu. Es decir, la adopción crece incluso sin que esta herramienta haya alcanzado su madurez en términos de educación digital.
Entre los beneficios que impulsan su uso se encuentra, por ejemplo, que si un teléfono es robado, la línea puede bloquearse o trasladarse rápidamente sin depender de una SIM física. Además, no es necesario acudir a un centro de atención, comprar un chip y esperar a que se active el servicio.
“La eSIM democratiza la conectividad”, concluye Torres. “Empodera a las personas para elegir cómo se conectan, con quién y a qué costo. Y mientras más crece, más se acerca ese ideal de una conectividad sin fronteras y sin fricciones”.
De acuerdo con proyecciones de The CIU, 21 millones de líneas en México utilizarán eSIM para 2025, un salto que anticipa un punto de inflexión en el mercado. Incluso operadores tradicionales como Telcel y AT&T ya ofrecen paquetes con eSIM.
Sin embargo, aún falta regulación pues no existe una normativa específica para eSIM y opera bajo las mismas reglas que las SIM tradicionales en portabilidad, calidad y competencia. Y aunque se discuten cambios regulatorios como un eventual padrón telefónico, la eSIM —especialmente en su uso temporal para viajes— permanece en un eje distinto al de las líneas permanentes.
Además, aunque cada vez son más los equipos que eliminan el uso de SIM física y algunos pueden convivir con ambas, no todos los teléfonos pueden utilizar eSIM.
Millones de dispositivos de gama media y baja —e incluso smartphones premium de generaciones previas— continúan dependiendo exclusivamente de una SIM física. Esto genera un escenario desigual en el que la tecnología avanza a una velocidad que el parque de dispositivos aún no alcanza.