Cuidado intergeneracional: donde los niños y ancianos se ayudan mutuamente

Los más pequeños reciben la sabiduría de los mayores y éstos, a cambio, ganan en longevidad y en relaciones.
'Apartheid de la edad' La idea de la atención intergeneracional es nueva en Reino Unido, pero el concepto proviene de centros similares en Estados Unidos y otras partes del mundo.

La residencia Nightingale House en Londres es, a primera vista, como cualquier otro hogar para adultos mayores. Con casi 200 residentes, es una de las residencias más grandes del país.

Es martes por la mañana y más de 20 residentes están sentados en una habitación inundada de luz natural, donde realizan ejercicios de terapia física con un instructor. El estado de ánimo es tranquilo, y la gente está concentrada, sin embargo, se respira cierta ilusión. Cada tantos minutos, los residentes miran hacia la puerta con expectativa, esperan...

A sus invitados de honor se les ha hecho tarde.

"No puedes evitar contagiarte", dijo Fay García, de 90 años, quien esperaba pacientemente. Es como si alguien llegara y encendiera la luz, explicó.

Ese contagio y esa luz metafóricos se presentan en la forma de una clase llena de niños de 2 a 3 años que frecuentan la sesión de terapia física, y muchas otras partes de la vida diaria de los residentes de este centro judío.

En septiembre, Nightingale House inauguró su guardería Apples y Honey Nightingale, la primera guardería en Reino Unido situada en una residencia de ancianos. Los residentes de la tercera edad y los niños tienen acceso a un programa lleno de actividades que incluyen panadería, jardinería y arte, además de ejercicio. Los residentes también pueden acceder a la guardería para pasar tiempo con los niños.

"Los niños trabajan y juegan con los residentes todos los días", dijo Ali Somers, cofundadora de Apples and Honey Nightingale, quien también encabeza la evaluación y el impacto de este programa.

La premisa es el cuidado intergeneracional, donde los más pequeños reciben la sabiduría de los mayores y éstos, a cambio, ganan en longevidad y en relaciones.

"Cuando juntamos a los niños y los residentes, puedes ver de inmediato que pasan cosas buenas", dijo Somers.

Estas "cosas buenas" son evidentes para cualquier observador.

Más de 10 niños recorren los senderos del jardín hacia el salón donde los residentes se están ejercitando. La mayoría de los rostros en la sala sonríen y algunos residentes incluso extienden los brazos para invitar a los niños a que vayan específicamente hacia ellos.

nullMientras los niños pequeños deambulan, ensayando los ejercicios ellos mismos, se apapachan con los residentes y, cuando un pequeño intenta pararse de cabeza, el resto de la sala cobra vida.

"Están respondiendo a un estímulo externo, que es un niño pequeño con una sonrisa adorable que se tambalea hacia ellos, llevando un juguete, tratando de interactuar", dijo Somers.

Los beneficios en términos de salud también son evidentes.

Los residentes "muy a menudo se olvidan de sus propias limitaciones físicas, y se encuentran animados, se estiran, se levantan de la silla, extienden una mano, participan en la conversación", agregó.

La edad promedio de los residentes en el hogar es más de 90 años, un 10% tienen más de 100 años, lo que significa que los problemas relacionados con la movilidad y la fragilidad son una prioridad, tanto como la soledad.

Si los residentes se sienten parte de esto, "se sienten más animados a caminar desde la casa hasta la guardería. Salen más. Quieren trabajar, pasar tiempo y jugar con otros residentes", dijo Somers.

“Nietos adoptivos”

Al principio, "no pude ver la conexión entre la primera infancia y la vejez", dijo García, quien se mudó a la residencia hace poco más de tres años, después de haber vivido en Nueva York la mayor parte de su vida adulta.

La idea de la atención o el cuidado intergeneracional no le decía nada, dijo, ya que nunca había tenido hijos propios. Pero una vez que comenzó a pasar tiempo con los niños, pronto cambió su perspectiva.

"Cuando los niños entran, te reconocen después de un tiempo, y ahora tengo todos estos nietos y bisnietos adoptivos", dijo García. "Para mí es un nuevo comienzo".

El equipo de Nightingale ha visto el cambio en García y en la mayoría de los residentes, tanto físicos como psicológicos.

“Ella ha estado yendo a los grupos de madres y niños pequeños y visita la guardería, pasea y se divierte con los más pequeños”, contó Simon Pedzisi, director de servicios de atención en Nightingale House. Su hija asiste a la guardería y pasa mucho tiempo con García.

"La veo ir de aquí para allá por el edificio caminando, yendo a diferentes lugares", dijo. "Es un ejercicio físico con un propósito, porque tiene un lugar adonde ir, ella tiene algo qué hacer, otros son los que la motivan".

Poner fin al “apartheid de la edad”

La idea de la atención intergeneracional es nueva en Reino Unido, pero el concepto proviene de centros similares en Estados Unidos y otras partes del mundo.

"La gente se está volviendo más y más consciente del apartheid en el que vivimos en relación con la edad", dijo Judith Horowitz, cofundadora de la guardería con Somers.

Horowitz lamentó la mayor predominancia de la sociedad fracturada, "donde la gente en realidad no se mezcla, donde a menudo no tienes una familia extendida que viva cerca de ti".

"No estamos aprendiendo unos de otros", dijo. "Los niños muy pequeños no juzgan, no tienen prejuicios. Son receptivos, muy interesados y muy creativos. Suelen ver las cosas desde enfoques bastante extravagantes".

Todavía falta evaluar cualquier diferencia significativa producida por el programa, ya que la guardería apenas lleva pocos meses operando. Pero antes de la creación de la guardería en enero de 2017 ya tenían un grupo de lactantes y párvulos, con el cual Somers ya está viendo resultados.

Las mejoras para los participantes de la tercera edad incluyen menos depresión, mayor movilidad, mejor comunicación y lenguaje, y niveles más bajos de demencia y pérdida de memoria.

"Los residentes disfrutan mirando a los niños", dijo Somers. "Activan diferentes partes de sus cerebros".

nullSomers cree que los días de la institucionalización (y la separación) del cuidado infantil y el cuidado en la senectud están llegando a su fin.

Sarah Harper, profesora de gerontología en la Universidad de Oxford, cree eso también, y aseguró que hoy en día, las personas suelen vivir y convivir en la escuela y en el trabajo con personas de una edad parecida. ¿La consecuencia? A medida que mueren las parejas, hermanos, primos y otras generaciones laterales, las personas "pueden encontrarse muy aisladas y solas", dijo Harper.

"Antes la gente solía vivir en grupos familiares... donde convivían diferentes generaciones", dijo. "En cierto modo, es triste que tengamos que establecer programas intergeneracionales. En realidad, debería ser algo muy natural que las generaciones vivan juntas".

Si bien estos programas generalmente se instituyen para beneficiar a las personas mayores, Harper cree que terminan beneficiando igualmente a los menores: los niños pequeños y los adolescentes tienen como modelos a seguir a personas mayores.

"El amor, las relaciones y entrar en el mundo son experiencias que conoce bien la generación de mayor edad. Creo que pueden darte consuelo y tranquilidad", dijo. "Deberíamos intentar que las generaciones vivan juntas".