Un equipo de la Universidad de Birmingham, liderado por el profesor Vincent Gauci, investigó los niveles de absorción de metano en diferentes bosques del mundo, incluyendo selvas tropicales en el Amazonas y Panamá, bosques templados de hoja ancha en Wytham Woods, Oxfordshire en el Reino Unido, y bosques boreales de coníferas en Suecia.
Los resultados, publicados en la revista Nature, mostraron que los niveles de absorción de metano son más altos en las selvas tropicales, probablemente debido a la capacidad de los microbios de prosperar en condiciones cálidas y húmedas.
Anteriormente se pensaba que el suelo era el único sumidero terrestre de metano, con bacterias en el suelo capaces de absorber el gas y descomponerlo para usarlo como fuente de energía. Sin embargo, Gauci destacó que esta investigación resalta "una nueva manera notable en la que los árboles proporcionan un servicio climático vital".
En 2021, durante la cumbre climática Cop26, se lanzó la Promesa Global del Metano, que apunta a reducir las emisiones de metano en un 30% para el final de la década. Gauci afirmó: “Nuestros resultados sugieren que plantar más árboles y reducir la deforestación deben ser partes importantes de cualquier enfoque hacia este objetivo”.
Jacob Bukoski, científico de la Facultad de Silvicultura de la Universidad Estatal de Oregón, y su equipo analizaron datos de miles de sitios de reforestación en 130 países. Encontraron que la regeneración natural sería más rentable durante un período de 30 años en el 46% de las áreas estudiadas, mientras que la plantación sería más rentable en el 54%.
“En términos generales, podemos dejar que los bosques se regeneren por sí mismos, lo cual es lento pero barato, o tomar un enfoque más activo y plantarlos, lo cual acelera el crecimiento pero es más costoso,” dijo Bukoski. “Nuestro estudio compara estos dos enfoques en paisajes reforestables en países de ingresos bajos y medios, identificando dónde la regeneración natural o la plantación de bosques probablemente tenga más sentido.”