Qué flores se usan en la ofrenda de día de muertos

Cempasúchil

La flor de cempasúchil, cuyo nombre en náhuatl significa "flor de 20 pétalos", es la más tradicional en esta celebración. Desde tiempos prehispánicos, su vibrante color amarillo ha sido comparado con el sol, por lo que se utilizaba para guiar a las almas en su regreso al mundo de los vivos. Es común que las familias la dispongan en senderos y altares, llenando de luz y aroma el espacio.

En el Estado de México, la producción de esta flor alcanzó más de 123 mil manojos en 2022, abarcando más de 82 hectáreas y con un valor productivo de cerca de 7 millones de pesos.

Flor nube

La nube, también llamada "Velo de novia", es una flor que tradicionalmente se coloca en los altares para las almas de los niños. Estas pequeñas flores blancas, que se agrupan en ramilletes, son un símbolo de pureza y se cree que su fragancia permite a las almas llegar felices al altar.

Este cultivo se extiende por 173 hectáreas en el Estado de México, generando más de 225 millones de pesos. El municipio de Tenango del Valle lidera la producción de esta flor en la región.

Terciopelo

El terciopelo, o celosía, es una flor reconocida en los altares de Día de Muertos por su textura suave y presencia llamativa. Tradicionalmente, se le asocia con el confort y se le atribuyen propiedades para limpiar el ambiente, lo que la convierte en una opción recurrente en las ofrendas.

En el Estado de México, el terciopelo se produce en 60 hectáreas, con una cosecha de más de 325 mil manojos, principalmente en Tonatico y Villa Guerrero. Su producción tiene un valor cercano a los 12 millones de pesos.

Crisantemo

El crisantemo, de origen asiático, es una flor que ha sido integrada en las ofrendas de Día de Muertos por su simbología relacionada con la eternidad. En especial, la variedad morada es la más utilizada en panteones y altares, representando el ciclo de vida y muerte.