Los materiales tienen variaciones respecto a los de calle, como el uso de kevlar, además de que difieren del tipo de asfalto a donde se van a rodar, pues son distintos los neumáticos de lluvia a los de pista seca. Uno de los aspectos que llama la atención de este tipo de componentes es que en cuanto los corredores llegan al pit, los mecánicos envuelven las llantas y ruedan el coche hacia al garage, esto lo hacen por que los cobertores eléctricos les permiten mantener una temperatura sobre los 70 grados centígrados.
La precisión en la temperatura es fundamental pues la temperatura ambiente tiene un efecto en la presión de las llantas y conforme se sube se tiene que liberar un poco del aire de la llanta porque sino la presión aumenta.
Para saber cómo está el estado de los neumáticos los ingenieros del garage se apoyan de la telemetría para evaluar las gráficas y números que se exponen en las pantallas y así saben si hay algún neumático en óptimo o mal estado para correr.
Pero eso no es todo, dentro del garage también hay un laboratorio donde durante todas las carreras se evalúa la calidad del aceite que necesita la máquina para operar y se evalúa la química de este líquido para que respete las normativas de la Federación Internacional del Automóvil (FIA).
Además dentro del garage se tienen los poco más de 80,000 componentes que se ensamblan para formar uno de los coches de la escudería y se necesitan poco más de ocho horas para armar un auto en su totalidad, donde el margen de error de 1% podría representar que más de 70 piezas están mal ensambladas y por ende se pone en peligro la carrera.
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En el caso de la escudería de Mercedes Benz, los ingenieros y mecánicos que llevan el control de la carrera se traduce en unos 500 GB de información que se procesa en tiempo real gracias a un centro de datos que tienen dentro del garage y donde los analistas evalúan las probabilidades existentes. Para que no exista una falla eléctrica o de comunicación se tiene una infraestructura energética especial y un control de seguridad robusto, para evitar alguna vulnerabilidad dentro de la operación.
Después de todo este análisis de datos es como Lewis Hamilton se coronó como el ganador de este Gran Premio, quien compartió podio con su compañero Valtteri Bottas, quien quedó en tercer lugar. El segundo lugar se lo llevó Sebastian Vettel, de la escudería de Ferrari.
Hamilton logró la victoria número 83 de su trayectoria y segunda en México, la anterior fue en 2016 y parte de este éxito está su equipo de ingenieros y analistas de datos, que desde el garage lo apoyaron.
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