El alojamiento se trata de un Bed and Breakfast ubicado en una zona que cuenta con más de 300 propiedades patrimoniales protegidas y algunas de ellas aparecieron en las adaptaciones cinematográficas de la famosa serie de libros de JK Rowling.
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Entre otros atractivos de la zona figuran una iglesia medieval, restaurantes, tiendas de artesanías y antigüedades, los tradicionales y muy ingleses salones de té, un spa, varias terapistas de belleza y peluquería, dos museos, una galería de arte, canchas de tenis y cuatro campos de golf.
Se puede acceder fácilmente al pueblo desde el aeropuerto de Stanstead o por la estación de tren desde Londres (como un plus para la experiencia completa de Harry Potter).