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¡Ya llegó su pachucote! La subcultura mexicana que se niega a desaparecer

Los pachucos nacieron a principios del siglo pasado pero en los barrios de la Ciudad de México no ha desaparecido un movimiento que tiene como figura máxima al actor 'Tin Tan'.
vie 04 marzo 2022 09:25 AM
Pachuco moderno con vestimenta típica en la CDMX
| José Gerardo Reyes es un pachuco de la Ciudad de México que busca preservar una tradición que data de la década de 1930. (Foto: YURI CORTEZ/AFP)

Luciendo sombreros con plumas, flores en la solapa, zapatos de charol y coloridos pantalones de tirantes con leontina, los pachucos bailan al ritmo del mambo en legendarios salones de México, manteniendo viva una subcultura de pandillas que nació en Estados Unidos en la década de 1930.

En ese entonces, se vivía un racismo sin tapujos en Estados Unidos: muchos restaurantes prohibían la entrada "a perros, negros y mexicanos", mientras los blancos tenían preferencia para sentarse en autobuses.

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Indignados, mexicanos radicados en suelo estadounidense organizaron "un protomovimiento de resistencia social y cultural", cuyos miembros se autodenominaron pachucos, explica Manuel Valenzuela, sociólogo investigador del Colegio de la Frontera Norte.

Protagonistas de enfrentamientos contra policías y soldados estadounidenses que dejaron masivas detenciones hacia 1943, los pachucos hablaban spanglish (una mezcla entre inglés y español) y vestían el excéntrico zoot suit: traje de saco holgado hasta la rodilla y pantalones bombachos de pinzas, describe el experto.

"Ahora, ser pachuco ya es hacer cultura porque estás llevando lo que fue antes, para que no se pierda esa tradición", asegura Ricardo Zamorano, alias Pachuco For Ever, quien a sus casi 60 años viste orgulloso en Ciudad de México su zoot suit al estilo más clásico -con sombrero, tirantes, leontina y zapatos oxford-, aunque este atuendo estilo gánster ya no sea sinónimo de revueltas rebeldes.

Las pandillas de pachucos que controlaron barrios de la frontera mexicano-estadounidense se desvanecieron, pero en la década de 1960 heredaron algo de su estilo a los cholos, otra tribu urbana, e incluso a la actual Mara Salvatrucha, comenta Valenzuela.

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Pero el pachuquismo sobrevive entre un grupo de nostálgicos veteranos que, como Zamorano, permanecen fieles a la moda de antaño y animan míticos salones de baile de la capital mexicana, como el California o Los Ángeles, al son de ritmos como mambo, danzón, boogie-woogie y cha cha cha.

"Lo bonito es rescatar la elegancia del pasado", se congratula Roberto Romero, un sastre especialista en zoot suit y cuyas ventas de atuendos pachucos se potenciaron en la última década.

¿Qué significa ser pachuco?

"El pachuco parece encarnar la libertad, el desorden, lo prohibido", escribió el Nobel mexicano de Literatura Octavio Paz en El laberinto de la Soledad.

Y la vida de Pachuco For Ever pareciera un homenaje vivo a esa figura, que le recuerda a su padre, tío y abuelo.

En la casa de Zamorano, hay un altar al célebre actor y cantante mexicano Germán Valdés Tin Tan, que en la década de 1940 se consagró como El Pachuco de Oro. Sus armarios están atiborrados de zoot suits que van desde el violeta, pasando por la cuadrícula escocesa hasta el dorado con piedras Swarovski.

También tiene una colección de sombreros de todos colores, formas y tamaños, un buqué de plumas finas para adornarlos, una gama de zapatos -desde charol bicolor al psicodélico tornasol-, así como vistosas flores para la solapa y cadenas estilo leontina, usadas como armas de pelea por los pachucos originales.

"Los pachucos fueron los primeros metrosexuales. Desde el martes ya estoy pensando qué ropa ponerme el sábado para ir a bailar. Ese día me rasuro, tengo un espejo de doble aumento para bien delinearme el bigote tipo Tin Tan. Ser pachuco de verdad, es que toda tu ropa sea de pachuco, a todos lados adonde vas", dice Zamorano.

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"Como en las películas"

De la luz dorada del escenario emerge la silueta de un pachuco bailando. El silencio expectante se rompe con su grácil zapateo estilo tap sobre la banda sonora de Personalidad, melodía de Tin Tan.

Es Pachuco For Ever en traje amarillo canario, acompañado de su inseparable novia Paola Tiburcio. Incendian la pista de un centro cultural con acrobáticos bailes, mientras un séquito de veteranos pachucos les sigue el paso.

"Me hubiera encantado vivir en esa época, de vestidos con vuelo y todo, me siento como en las películas de Tin Tan", dice entre jadeos Concepción Valenzuela, una robusta bailarina vestida de rojo, al terminar de danzar con su esposo.

"La pachuca rompe radicalmente con la perspectiva tradicional de sumisión de la mujer. Sale a la calle, pistea (toma), fuma, bronquea (pelea)" como los hombres, señala el investigador Valenzuela, al explicar que las pachucas originales ocultaban navajas en sus peinados.

La mayoría de los pachucos son maduros. Contados jóvenes se adhieren a esta subcultura. Roberto Reyes es uno de ellos.

"Portar este traje para mí es un orgullo. Me inspira sinceridad, respeto, autoestima, alegría", comenta este joven bailarín que se pinta bigote y porta un zoot suit verde perico.

"El pachuco dice 'mírenme, existo, y respétenme'", afirma transpirando, antes de regresar a la pista de baile.

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