"Como en las películas"
De la luz dorada del escenario emerge la silueta de un pachuco bailando. El silencio expectante se rompe con su grácil zapateo estilo tap sobre la banda sonora de Personalidad, melodía de Tin Tan.
Es Pachuco For Ever en traje amarillo canario, acompañado de su inseparable novia Paola Tiburcio. Incendian la pista de un centro cultural con acrobáticos bailes, mientras un séquito de veteranos pachucos les sigue el paso.
"Me hubiera encantado vivir en esa época, de vestidos con vuelo y todo, me siento como en las películas de Tin Tan", dice entre jadeos Concepción Valenzuela, una robusta bailarina vestida de rojo, al terminar de danzar con su esposo.
"La pachuca rompe radicalmente con la perspectiva tradicional de sumisión de la mujer. Sale a la calle, pistea (toma), fuma, bronquea (pelea)" como los hombres, señala el investigador Valenzuela, al explicar que las pachucas originales ocultaban navajas en sus peinados.
La mayoría de los pachucos son maduros. Contados jóvenes se adhieren a esta subcultura. Roberto Reyes es uno de ellos.
"Portar este traje para mí es un orgullo. Me inspira sinceridad, respeto, autoestima, alegría", comenta este joven bailarín que se pinta bigote y porta un zoot suit verde perico.
"El pachuco dice 'mírenme, existo, y respétenme'", afirma transpirando, antes de regresar a la pista de baile.