OPINIÓN: La ciencia dice que viajar es bueno para tu salud

Nota del editor: Ilse Santa Rita es periodista de finanzas y negocios con siete años de experiencia. Trabajó en el periódico El Economista, en El Financiero-Bloomberg y en Grupo Expansión, donde fue –en diferentes etapas- reportera de finanzas personales y de empresas. Actualmente encabeza el área de contenido de www.piggo.mx , de GBM Grupo Bursátil Mexicano. Escríbele a su correo ilse@piggo.mx. Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor.

(Expansión) — Debo admitir que, para mí, el amor por viajar ha sido un gusto adquirido. Tardíamente adquirido y todavía en desarrollo.

No porque no soñara de niña y adolescente con viajar a París o vivir en Australia, sino porque cuando crecí y empecé a trabajar, simplemente no lo hacía. Por años preferí no tomar mis vacaciones del trabajo porque nunca me parecía un buen momento para irme.

“¿Y si algo pasa?, ¿y si mi jefa me necesita y yo no estoy disponible?, ¿y si me pierdo en el camino?, ¿y si?, ¿y si?, ¿y si?”.

Pero con el tiempo me di cuenta de que viajar no era necesariamente un lujo, viajar no era irme de pinta del trabajo y tampoco significaba ser irresponsable con él.

La primera vez que viajé sola lo hice a la playa. Una de esas a las que se llega tomando el camión local, por caminos de tierra suelta, sin señalamientos y guiada únicamente por los dedos índices de los lugareños que me decían si debía caminar más para allá o para acá.

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No tenía un amigo con el que pudiera consolarme cuando creí que estaba perdida y tampoco tenía un lugar donde dormir ese día. Sí tuve algo miedo.

Al final del día, llegué perfecto. Tomé el camión correcto, encontré un lugar hippie para dormir, el sol estaba radiante y un grupo de muchachos me adoptó en su grupo para jugar voleibol en la arena. Me integraron como uno de ellos a pesar de que soy malísima en los deportes.

Ese día encontré un tipo de confianza que nunca había sentido. Vi una playa iluminarse naturalmente por algas que parecían focos minúsculos, fui de fiesta a una playa en la obscuridad, pero sobre todo tuve tiempo para estar conmigo, de pensar y ver mis agobios con ojos diferentes.

Me di cuenta de que viajar también era una forma de cuidar de mí misma, una forma de cuidar de mi salud en todos los sentidos.

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De acuerdo con un estudio publicado en 2005 por el Wisconsin Medical Journal llamado Vacations Improve Mental Health Among Rural Women, las personas que salen de vacaciones frecuentemente (dos o más veces al año) tienen menor probabilidad de caer en depresión o tener niveles muy altos de estrés que aquellas que no.

Esto se debe a que las personas podemos separarnos de los ambientes o factores que nos generan estrés y a los que estamos expuestos diariamente. Pero además de los beneficios emocionales, un estudio publicado en el 2000 dice que darte un descanso también ayuda físicamente a tu cuerpo.

El estudio titulado Are Vacations Good for Your Health?, elaborado por el departamento de psicología de la Universidad Estatal de Nueva York, reveló que tomar al menos unas vacaciones al año reduce la probabilidad de muerte en los hombres con riesgo de infarto al corazón.

Y es que tomar vacaciones puede estar relacionadas con la personalidad de una persona o los hábitos que adopta en la búsqueda de un estilo de vida más balanceado y saludable, por lo que también puede estar asociado a la actividad física.

En conclusión, la ciencia dice que tomarte un descansito de vez en cuando es bueno para tu salud. Y no te preocupes, el trabajo no se irá a ningún lado.

Así que si todavía estás indeciso sobre si en tu presupuesto de 2018 debes considerar las vacaciones, ni te hagas del rogar. Viajar y vivir experiencias es un buen propósito.

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