Desde que se suspendieron las clases presenciales en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), el 50% de los estudiantes inscritos en los grupos del profesor Samuel Cielo Canales no se conectan a las sesiones en línea.
El coronavirus acentúa la brecha social en educación en Latinoamérica
Algunos de ellos no cuentan con acceso a internet y otros están enfocados en cómo llevar el sustento a casa, porque perdieron su empleo a causa del COVID-19. De los estudiantes que sí se conectan, la mayoría posee habilidades digitales, pero otros no se habían siquiera interesado en abrir una cuenta de Gmail.
Para Cielo Canales, la pandemia demostró a la docencia que hay otros formatos para enseñar. Y aunque la contingencia ha catapultado el uso de plataformas educativas, también está acentuando los grandes problemas de la educación: la desigualdad social, la brecha digital y la falta de capacitación docente.
“La concepción de escuela que tenemos en México y América Latina se basa en la idea cara a cara. Eso nos ha golpeado mucho, en comparación con países asiáticos, donde el acceso a la digitalización y el fomento a la disciplina son parte esencial de su progreso económico y educativo”, menciona el también investigador y participante de la Asociación de Educadores de Latinoamérica y el Caribe (AELAC).
En México, hay 80 millones de usuarios de internet. De acuerdo con la Encuesta Nacional del Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2019, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), solo el 19% de las familias vulnerables tiene acceso a una red de conexión. Y solo el 16% cuenta con una computadora.
A su vez, se contabilizaron 86.4 millones de usuarios de telefonía móvil, con una proporción de ocho a dos en zonas urbanas y rurales, respectivamente. El 76.8% se conecta a través de un smartphone. Pero 68 millones de mexicanos no tienen contratado un plan mensual de datos, es decir, que se conectan a través de una red wifi o cuando realizan recargas de tiempo aire.
En América Latina, la situación es similar. Elena Arias, especialista en educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dio a conocer en la estación radiofónica francesa RFI, que en los países de la región menos del 30% de las familias vulnerables tiene acceso a una computadora. Y en países como Perú y República Dominicana el porcentaje es menor al 15%.
Fiorella Sánchez pertenece a este porcentaje. Recién terminó el colegio secundario, que es la etapa educativa anterior al nivel superior. Tiene 19 años y es de Azpitia, en el distrito de Santa Cruz de Flores en la Provincia de Cañete, que se ubica en el departamento de Lima, Perú.
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Tiene una laptop, pero no cuenta con internet en casa ni con un plan de telefonía. “Conmigo viven tres sobrinos y los tres necesitan el internet para estudiar en diferentes horarios. Tenemos internet por el celular, pero muchas veces se va la señal”, cuenta.
En este escenario, Mónica Cinco, directora general de Fundación Educa, afirma que los programas gubernamentales como Aprende en Casa y el actual acceso digital no son suficientes para garantizar la transmisión del conocimiento en los diferentes niveles educativos. Y advierte que, después de la pandemia, América Latina enfrentará una brecha de aprendizaje anclada a los siguientes desafíos:
Diagnóstico. Hará falta un proceso de diagnóstico para identificar qué se logró y qué no durante el periodo de aislamiento social. “Desde los gobiernos deberían encabezarse iniciativas para que la brecha no sea tan amplia, porque los estudiantes sin acceso a internet se verán mucho más rezagados”, dice Cinco.
Revisión de planes de estudio. Es importante actualizar los planes de estudio, ya que la demanda del mercado laboral estará sesgada hacia las habilidades blandas, y nuevos cargos relacionados con ciencia de datos, transformación digital y oportunidades de negocio.
Evaluación del aprendizaje. Lograr que los mecanismos de evaluación sean inclusivos y midan aprendizajes que no se están logrando.
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Salud emocional de estudiantes y maestros. Atender el bienestar emocional ante la falta de socialización, convivencia, y factores asociados con el trabajo en equipo, la tolerancia a la frustración y el respeto.
Alianzas público-privadas. En opinión de Carlos Cojab, vicepresidente de Infraestructura Digital de C3ntro Telecom, un proveedor de servicios de telecomunicaciones en México, el internet es la puerta al desarrollo profesional y de formación académica.
“La necesidad de ancho de banda para el ámbito educativo y empresarial ha crecido mucho. Tan sólo Zoom, que es una de las plataformas de nuestra red, ha tenido un crecimiento de 3257% en dos meses. Y varias escuelas solicitaron capacitación sobre el uso de herramientas digitales”, refiere.
El experto asegura que en los próximos meses tendrá que haber alianzas entre sectores y se deberán agilizar procesos para mermar la brecha digital en los países de la región. Pues a veces este tipo de proyectos se quedan en el limbo, debido a los diferentes permisos y firmas que se solicitan para instalar infraestructura o incluso a la falta de requerimientos mínimos como la luz eléctrica en ciertas zonas.