Al egresar de la universidad, su primer empleo de tiempo completo fue en el banco suizo UBS Investment Banking en México y luego en Nueva York, donde adquirió experiencia en fusiones y adquisiciones, mercados de deuda, acciones y reestructuración corporativa en América Latina. También trabajó en Lehman Brothers Londres para ampliar su conocimiento sobre los mercados emergentes.
Pero Clavé quería que su perfil tuviera algo más allá del toque financiero, así que decidió estudiar un MBA en la Universidad de Harvard. Hoy, el inversionista reconoce que adquirir experiencia y networking en temas de negocio y administración le abrieron las puertas para encontrar el éxito por su cuenta.
Cuando concluyó su maestría de negocios, creó Innova-Mex Capital, un fondo de búsqueda en México para identificar, adquirir y operar empresas privadas. “Consigues capital con un grupo de inversionistas, vas al mercado a buscar una empresa para comprar, una vez que la compras te quedas como director general y con una participación accionaria del negocio”, explica.
Así fue como en 2010 adquirió Enkontrol, una compañía de software para la industria de la construcción. Durante los seis años siguientes fue CEO de la empresa y estuvo a cargo de más de 220 empleados, así como de oficinas en Monterrey, Ciudad de México y Bogotá.
En paralelo, y en asociación con Alejandro Díez Barroso, creó Dila Capital, un fondo que busca invertir en emprendimientos y startups para hacerlas crecer y luego venderlas a un precio mayor, con base en su nuevo valor de mercado. “Nuestro modelo de negocios está en empresas muy chicas, pero que tengan mucha capacidad de crecimiento”, menciona.
Dila Capital nació como un club de inversionistas en 2011. Ese año, Clavé logró invertir 50 millones de pesos (mdp), repartidos en diez negocios. La segunda ronda fue de 150 mdp, inyectados en 12 pequeñas empresas. En este punto, decidió dejar la dirección de Enkontrol, para asumir la presidencia del consejo de administración y concentrarse en un tercer fondo de inversión.
En 2018, invirtió 1,000 mdp en 20 emprendimientos de México, Estados Unidos y Colombia, entre ellos, la marca de lentes Ben & Frank y Urbvan, un servicio de transporte compartido en vans, con paradas preestablecidas en los destinos más concurridos de la ciudad.
Hoy, Clavé está por levantar un cuarto fondo de inversión. Esta vez desea invertir entre 1,500 y 2,000 mdp en 20 empresas de tecnología porque, a raíz de la pandemia, son las que tienen más probabilidades de crecimiento. “Invertimos en empresas que tienen mucho riesgo y sabemos que algunas pueden quebrar, pero la idea es hacerla crecer y venderla para obtener diez veces el dinero invertido en unos seis años”, refiere.
Para que eso suceda, Clavé valora que el emprendimiento o startup esté en un mercado grande, que tenga un componente tecnológico o de digitalización, o un modelo disruptivo que permita el crecimiento acelerado dentro de ese mercado. “Que su producto o servicio tenga un diferenciador relativo a lo que ya existe”, agrega.
Por separado, Mario Borghino, consultor empresarial por más de 35 años y autor del libro Los paranoicos se salvan, coincide que los inversionistas y empresarios deben encontrar nuevos caminos para hacer negocios. Estar alertas a los elementos potenciales de fracaso o éxito en la creación de oportunidades comerciales.
“Los negocios con mayor atracción son aquellos que usan la tecnología para generar más dinero. Lo digital es clave, no estamos por entrar a una nueva era, ya estamos en ella. El mundo ya cambió y nunca más estará donde estuvo antes de la pandemia, así que la tecnología es el recurso para poder crear, funcionar y crecer”, opina.