“Seguimos siendo una universidad muy fuerte, en total tenemos casi 11,000 alumnos. Sí queremos que crezca nuestra matrícula, pero no tanto porque creemos que es importante acompañar mejor a los estudiantes, más que crecer y crecer. ¿De qué nos sirve tener 20,000 alumnos si están mal formados? Preferimos formar a buenos líderes que transformen el mundo”, comenta.
Expansión: ¿Cómo enfrentará los retos que atraviesa el sector educativo, tras la pandemia?
Luis Arriaga Valenzuela: Los efectos que ha tenido la pandemia lo deja claro: la salud tiene que ser un eje transversal en todas las políticas del Estado, y en lo que refiere a la educación, es fundamental defenderla como un derecho y una herramienta para la transformación social del país y del mundo.
La pandemia subrayó las deficiencias estructurales, presupuestarias y tecnológicas de la educación pública, además del acceso a la educación. Lo que nos pone varios retos: combatir la desigualdad, promover políticas y programas que atiendan la deserción escolar, reforzar procesos de evaluación eficientes en alumnos y profesores, y asegurar una mayor participación social en todos los procesos educativos. Hoy más que nunca hay que defender la autonomía universitaria y la libertad de cátedra en nuestras universidades, privadas y públicas.
En la Ibero tenemos el reto de seguir trabajando con rigor científico y académico para la generación de conocimiento y de soluciones a problemas actuales.
Desde la Ibero, ¿cómo cerrar estas brechas en los grupos que resultaron más afectados?
LAV: La Ibero es una institución con una historia de 80 años que ofrece una educación de alta calidad y una formación integral, con apoyos desde económicos hasta de salud emocional.
Yo vengo a potenciar este legado que tiene la universidad en términos de aportes rigurosos en la investigación, enfocada al planteamiento de soluciones. Creo que con mi rectorado se va a potencializar la investigación con aportes rigurosos para generar soluciones creativas que puedan aportar para superar estas grandes brechas de desigualdad que hay en nuestro país.
Ayer estaba leyendo que los diez hombres más ricos del mundo han duplicado su fortuna, mientras que más de 160 millones de personas han caído en la pobreza, este es el gran tema de la humanidad, el gran tema de México. Las universidades tienen que poner sus recursos para poder contribuir a crear un mundo más humano, es urgente aumentar el gasto público para atender las precariedades causadas por la pandemia.
Reconocer que las desigualdades se dan también por razón de género, de clase social, entonces hay que avanzar hacia una mayor igualdad económica entre hombres y mujeres. En crear mecanismos que aseguren una mayor distribución del ingreso, orientados a impulsar oportunidades para personas en condición de pobreza. Creo que esta es la aportación que puede hacer la universidad, incidir en políticas públicas desde el enfoque de derechos humanos.