Herrera entró al salón de Plenos por la puerta grande a las 17:13 horas, cuando ya había sido ratificado. Le tomó siete minutos llegar al pie de la mesa directiva para rendir su protesta. En el camino los legisladores le hablaban, le pedía una foto.
A las 17:22 horas, Herrera dijo que sí, que se comprometía a cumplir sus obligaciones como el segundo secretario de Hacienda en siete meses del sexenio de López Obrador.
Habló con diputados de varios partidos, sonriente se dejaba querer pero no dijo más, ni una palabra. Salió por un elevador mientras la prensa lo miraba por las puertas de cristal de donde se supone saldría para atender las preguntas de los medios.
Su esposa y su madre lo acompañaron a lo que él considera el mayor encargo en su vida profesional. Amables, regalaron una sonrisa a los periodistas y su esposa dijo “estar muy contenta”.
Hacienda comienza formalmente una nueva era, con H de Herrera este 18 de julio. De su persona y capacidad no hubo dudas entre los diputados. La preocupación de algunos legisladores que las presiones políticas desde el despacho de su jefe López Obrador pesen más que la evidencia técnica
El secretario Herrera estuvo y no estuvo, pero salió de ahí con una ratificación y los retos de ayudar a Pemex sin afectar los ingresos del gobierno, pero sobre todo de demostrar que se puede tener una política social para luchar contra la desigualdad con responsabilidad en el manejo del dinero.