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¿En verdad Trump desaceleró a la economía de China?

El crecimiento económico del gigante asiático cayó a su mínimo en tres décadas en el segundo trimestre en medio de una guerra comercial con Estados Unidos.
lun 22 julio 2019 06:19 AM
China
La economía de China perdió fuerza en el segundo trimestre del año.

CNN- El crecimiento económico de China se ha desplomado a su nivel más bajo en casi tres décadas, pero la guerra comercial con Estados Unidos no es la única culpable.

El crecimiento del producto interno bruto (PIB) se redujo a 6.2% en el segundo trimestre, la cifra más débil desde que el gobierno comenzó a publicar cifras trimestrales en 1992, informó recientemente la autoridad nacional de estadísticas.

Poco después de la publicación de las cifras, el presidente estadounidense, Donald Trump, tuiteó esto: “Los aranceles de Estados Unidos están teniendo un efecto importante sobre las compañías que quieren salir de China hacia países sin aranceles. Miles de empresas se están yendo. Es por eso que China quiere llegar a un acuerdo con Estados Unidos, y que desea no haber roto el pacto original en primer lugar”.

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A pesar de una tregua acordada entre Trump y el presidente chino, Xi Jinping, el mes pasado, los aranceles estadounidenses sobre productos chinos por un valor de 250,000 millones de dólares (mdd) siguen vigentes y ya han afectado a los sectores manufacturero y agrícola de China. Algunas compañías estadounidenses también están cambiando a proveedores en otros países asiáticos como Vietnam, Taiwán, Corea del Sur y Bangladesh.

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Pero los analistas sostienen que la guerra comercial, que ha durado un año, no es el mayor obstáculo para la segunda economía más grande del mundo. La desaceleración tiene también mucho que ver con una montaña de deuda y consumidores cautelosos.

Deuda e impagos

China ha estado batallando durante años para controlar los altos niveles de deuda, surgida de un paquete de estímulo masivo lanzado durante la crisis financiera de 2008.

Aunque el estímulo impulsó el crecimiento económico, resultó en una montaña de 40 billones de dólares de deuda gubernamental, corporativa y de hogares por valor de más del 300% del PIB de China en marzo de 2019, de acuerdo con un informe del Institute of International Finance (IIF), con sede en Washington, esta semana.

La deuda general de China ahora representa alrededor del 15% del total global, agregó el IIF.

El gobierno chino ha reaccionado ajustando las regulaciones en el sistema financiero, reduciendo los préstamos bancarios y restringiendo los préstamos no regulados, también conocidos como banca en las sombras.

Pero estos esfuerzos para reducir la dependencia de China al crecimiento impulsado por la deuda también han dificultado que las compañías obtengan financiamiento, especialmente las empresas del sector privado que generalmente encuentran más difícil recaudar fondos de los bancos que las empresas estatales más grandes, pero menos eficientes.

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El año pasado, los impagos de las empresas chinas alcanzaron un récord. Según los datos compilados por Wind, proveedor chino de datos financieros, en los primeros seis meses de este año, el número de incumplimientos aumentó más de tres veces con respecto al mismo periodo del año anterior.

“El crédito aún no fluye hacia los sectores que más lo necesitan”, dijo Stephen Innes, socio gerente de la firma de inversiones con sede en Singapur Vanguard Markets. Innes estima que alrededor del 50% de los incumplimientos provinieron del gran sector manufacturero de China, principalmente de empresas privadas.

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Los consumidores están recortando sus gastos

El impacto en el crecimiento de este año provino de los consumidores chinos, que han frenado su gasto debido a preocupaciones por el futuro de la economía y sus crecientes niveles de deuda personal. Los elevados precios de las propiedades también han reducido su poder adquisitivo.

Las ventas minoristas crecieron 8.4% en el primer semestre, en comparación con 9% en el mismo periodo del año pasado. Y algunas de las compañías más grandes del mundo están resintiendo la presión.

Las ventas de Apple en el gigante asiático se han desplomado. Sus ingresos en la región de la Gran China, que incluye Hong Kong y Taiwán, cayeron 21.5% en el segundo trimestre respecto al mismo periodo del año anterior.

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La región de la Gran China representó aproximadamente 18% de los ingresos totales de Apple.

Las débiles ventas de autos también son un gran factor en esta historia. El gasto total en automóviles aumentó solo 1.2% en los primeros seis meses del año.

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Ford dijo a principios de este mes que vendió casi 22% menos vehículos en China durante el segundo trimestre que en el mismo periodo del año anterior. General Motors registró una caída del 12% en las ventas de vehículos en China en el trimestre.

Desaceleración constante

La desaceleración económica de China precede a la guerra comercial por varios años.

El crecimiento alcanzó un máximo récord de 14.2% en 2007, pero ha estado cayendo constantemente a medida que China lidia con varias presiones sobre su economía.

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El gobierno ha reducido su objetivo de crecimiento a un rango de 6% a 6.5% para este año.

Los esfuerzos de China para cambiar su economía de una enfocada en la manufactura a una impulsada por la tecnología y los servicios también han contribuido a la desaceleración.

Beijing ha estado reduciendo el exceso de capacidad en industrias pesadas como el acero, el cemento y la construcción naval, al tiempo que alienta a las empresas nacionales a cambiar a industrias de mayor valor agregado.

Aunque esa transición ha registrado el surgimiento de gigantes como Tencent, Alibaba y Huawei, también ha atravesado dificultades de crecimiento a medida que los trabajadores manufactureros tradicionales batallan por hacer el cambio.

China recientemente recortó los impuestos y aumentó el gasto en infraestructura en un intento por evitar un aterrizaje duro para la economía, pero los analistas dicen que el modelo de crecimiento respaldado por el Estado podría ya no funcionar.

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“Es poco probable que la dependencia continua hacia proyectos de infraestructura con rendimientos marginales y decrecientes reviva la economía de China, y su sistema estatal de asignación de capital es un desastre irracional e ineficiente”, dijo Brock Silvers, director gerente de Kaiyuan Capital, con sede en Shanghái.

“Beijing ha estado trabajando furiosamente para arreglar la economía (...), pero es posible que sus viejos métodos no solucionen sus nuevos problemas”, agregó.

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