Deuda
El principal temor de los mercados y de los propios argentinos reside en que haya un default, como ocurrió en 2001. Los inversionistas comenzaron a abstenerse de comprar nuevos bonos y los ahorristas a retirar sus depósitos en dólares.
Aunque Argentina tiene un nivel holgado de reservas internacionales, en torno a 57,000 millones de dólares, éstas lucen insuficientes para respaldar depósitos y bonos, y además intervenir en el mercado cambiario para contener la depreciación del peso.
El miércoles pasado, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, dijo que "Argentina no tiene un problema de solvencia, pero sí de liquidez a mediano plazo" y anunció que se reperfilará la nueva deuda con el FMI y con los inversores institucionales privados para retrasar los vencimientos.
Volatilidad cambiaria
Lacunza ha insistido en que su prioridad es contener la depreciación del peso porque impacta directamente a la inflación, una de las más altas del mundo con 25% hasta julio, y ésta a su vez a la pobreza.
El tipo de cambio es clave además en la capacidad de pago de la deuda, pues 80% está denominada en divisas.
En los últimos días, el Banco Central ha intervenido con montos de más de 300 millones de dólares diarios para evitar un desplome de la moneda que desde las primarias ha perdido 20% de su valor y se depreció casi 70% desde enero de 2018.
La tasa de referencia se ubica por encima de 70% anual, en un intento por frenar la fuga de divisas.