Los bonos catastróficos son parte de la estrategia para fortalecer la resiliencia de las finanzas públicas ante eventos extraordinarios y son parte importante de la estrategia de protección social, ya que permiten atender de manera oportuna las necesidades inmediatas de la población afectada, particularmente grupos marginales, en materia de reconstrucción de la infraestructura y vivienda, subraya el documento.
Esta no es la primera vez que la segunda economía más grande de América Latina lanza al mercado instrumentos de este tipo. Empezó a colocarlos en 2006 y luego realizó operaciones similares en 2009, 2012, 2017 y 2018.
México está altamente expuesto a diversos peligros naturales. Poco más del 40% de su territorio y cerca de un tercio de sus 125 millones de habitantes están expuestos a huracanes, tormentas, inundaciones, sismos y erupciones volcánicas, dijo Hacienda.
En términos económicos, el 30% del PIB se considera vulnerable a tres o más peligros y 71% vulnerable a dos o más peligros.
Bajo el esquema de seguros paramétricos, los pagos se realizarán cuando un sismo o ciclón tropical cumplan con los criterios de localización y severidad establecidos en los términos de los bonos; serán realizados por el BIRD al FONDEN a través de la intermediación de Swiss Reinsurance Company Ltd y Agroasemex, S.A.
En agosto del año pasado México contrató un seguro paramétrico para proteger los arrecifes de coral en Quintana Roo.