En términos generales México es visto en el grupo de los países más afectados por la pandemia en comparación con otros países en otras regiones como Europa y Asia.
“En el tema de inversión física grande, la tradicional, honestamente no he escuchado mucho, mientras que con inversionistas del sector financiero está asegurada esta parte, dado que la política fiscal no fue tan expansiva y el deterioro puede estar relativamente contenido”, explicó Oviedo.
En términos de crédito, México tiene una historia bastante estable y atractiva, lo que beneficia a los bonos gubernamentales, incluso a los de Pemex, porque hay una garantía implícita; por el lado de las tasas de interés, también hay una historia atractiva pues el Banco de México no ha recortado su tasa de referencia de manera agresiva, ni tan rápida, agregó el economista de Barclays.
No obstante, para la inversión física se percibe mayor incertidumbre en México, principalmente por las decisiones y cambios que ha aplicado el gobierno en contratos ya establecidos.
“Existe un grupo de grandes corporaciones de inversionistas que siguen confiando en el país, pero también existe un grupo cada vez mayor que se ha desilusionado con México como mercado seguro y con instituciones fuertes para garantizar los derechos de propiedad. Esto último, sobre todo por las afectaciones causadas por las medidas que la administración en curso ha tomado con respecto a la cancelación de proyectos de infraestructura que ya estaban en marcha. Esto ha afectado la percepción e imagen del país como destino seguro y confiable para las inversiones productivas”, refirió Alfredo Coutiño, director de Moody's Analytics.
Para la inversión en infraestructura, la economía ya tiene una historia: hay una sensación de incertidumbre entre los inversionistas por temas como el Aeropuerto de Texcoco, una planta cervecera, ductos para gas, “proyectos que fueron otorgados a la iniciativa privada, pero que fueron cancelados después de otorgarlos”, comentó por su parte Esteban Polidura, director de asesoría para las Américas del banco suizo Julius Baer.
“Son contratos de largo plazo que se otorgaron por otra administración y que la actual, con razones que pueden ser muy legítimas, como detectar corrupción, decidió frenarlos, a la iniciativa privada, esto le causa mucha incertidumbre, lo que necesita es visibilidad para inversión de largo plazo”, refirió Polidura.