“La crisis ha afectado fuertemente el empleo de los jóvenes entre 15 y 24 años, impactando particularmente a los que se incorporan al mercado laboral por primera vez. El aumento en la tasa de desocupación de los jóvenes fue mayor que para los adultos a pesar de la mayor caída en la tasa de participación”, explicó en conferencia virtual para presentar el estudio, el director regional de la OIT, Vinícius Pinheiro.
La tasa de desocupación para quienes están entre los 15 y 24 años creció 3.4%, mientras que para los mayores de 25 años 1.8%.
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“Se trata de una consecuencia directa de las medidas de confinamiento en los hogares y de la paralización de las actividades económicas, pues en esas circunstancias la búsqueda de empleo se volvió extremadamente limitada o impracticable para quienes habían perdido su fuente de trabajo”, refirió el documento.
Ambos organismos estiman que en toda la región se perderán 47 millones de empleos, y el cierre de 2.7 millones de pequeñas y medianas empresas a causa de la crisis económica desatada por COVID-19, lo que afectaría fuertemente la generación de empleo para los jóvenes.
¿Por qué?
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, explicó que la crisis ha afectado más a jóvenes porque se desempeñan en sectores económicos deteriorados como el hotelero, comercio, turismo, servicios y construcción.
“Muchas de las actividades de servicios se desarrollan en la informalidad y gran parte de los jóvenes ocupados se encuentra contratada ya sea de manera temporal o sin un contrato escrito”, dijo la secretaria.
La OIT muestra que en la gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe, una gran parte de los jóvenes ocupados se encuentran contratados de manera temporal o sin un contrato escrito, sobre todo en Perú, Paraguay y México, y con excepción de Argentina, Costa Rica y Chile, donde la modalidad predominante es el contrato permanente.
De acuerdo con el estudio existen tres principales motivos por los que los jóvenes se han quedado sin empleo en América Latina, el primero es la menor disponibilidad de vacantes para los primeros empleos, y la menor renovación de contratos temporales y de periodos de prueba.