Ahora con el conflicto entre Estados Unidos y China por Taiwán se abre una ventana de oportunidad más para que México aproveche la relocalización de empresas, particularmente en la fabricación de semiconductores, importantes para el sector automotriz y tecnológico.
Fernando Ruiz, director general del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y tecnología (Comce), y Luis Manuel Hernández, presidente nacional del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y manufacturera de Exportación (Index), coincidieron en que el país se pude beneficiar con esta nueva etapa de fricción entre las dos principales potencias económicas mundiales.
“Hace casi dos meses tuve una reunión con inversionistas taiwaneses que están viendo opciones de manufacturar en México”, destacó Hernández, sin precisar los nombres de las empresas.
China considera que Taiwán —democrática y autogobernada—, es parte de su territorio en espera de una reunificación, si es necesario, por la fuerza. Las tensiones con Estados Unidos se han incrementando por las recientes incursiones áreas chinas en la zona de defensa de Taiwán.
Producción de semicoductores
Dado que Taiwán es un jugador clave en la producción de semiconductores, el conflicto puede beneficiar a México y ayudar a que empresas del sector se reubiquen en el país.
“La inversión en México para la producción de chips, de semiconductores, podría ser tanto de empresas en China como de Taiwán. Lo que nos puede ayudar es el nearshoring en el tema de la inversión”, dijo Fernando Ruiz, quien añadió que se han elevado los costos logísticos y los tiempos de entrega, por lo que es necesaria la reubicación.
Lo que México tiene que hacer para beneficiarse de esta relocaliación de empresas es, “si México tiene manera de generar la infraestructura de manera rápida”, agregó Luis Manuel Hernández.
Estados Unidos tiene dos opciones para acortar las cadenas de suministro: en el sur de su propio territorio o en México.
“Las empresas taiwanesas están buscando cómo invertir en América para evitarse los problemas logísticos, el alto costo y la no seguridad de tener todos los insumos para los procesos productivos en México, Estados Unidos o Canadá”, sostuvo Ruiz del Comce.
De acuerdo con el Index, empresas estadounidenses que operaban en Asia ya han invertido 11,000 millones de dólares en México para incrementar la capacidad de sus plantas y fábricas en la región.