Pese a que ya no se acuñan, las monedas de 10 centavos son las monedas fraccionarias con mayor circulación en el país.
Pero no hay que confundirse, aunque la moneda de 50 centavos es la única que se fabrica en San Luis Potosí, las otras no pierden su valor.
"Si llegas a un lugar a hacer un pago, tienen la obligación de recibirlas. Si llegas a pagar el predial, más allá de la incomodidad de la persona que reciba el dinero, están obligados a recibir el pago aún cuando llegues con cientos de monedas", dijo en entrevista Alejandro Alegre, titular de la dirección general de Emisión y Cajero Principal de Banxico.
Este año, el banco central ordenó a la Casa de Moneda la acuñación de 2,285 millones de monedas, de las cuales, 507 millones corresponden a las de 50 centavos. Para el próximo año, Banxico acuñará 2,500 millones de monedas de todas las denominaciones.
Una encuesta del Banco de México arrojó que a los mexicanos no les gusta usar las monedas de 10 y 20 centavos, ya que por su tamaño pequeño se asocian con un bajo valor o se piensa que están devaluadas.
Las personas prefieren usar las "moneditas" de 50 centavos para comprar pan y tortillas, pagar el transporte público, fotocopias, para dar propinas y limosnas, comprar cigarros, periódicos y regalar a los nietos.
Aunque los centavos no son admitidos en las máquinas expendedoras de botanas o en los cajeros de los estacionamientos, Alegre dijo que Banxico no puede obligar a las empresas a hacer máquinas que acepten todas las denominaciones y corresponde a los usuarios demandar a estas empresas la inclusión de nuevas denominaciones.
"Conocemos que algunos fabricantes y distribuidores sí han calibrado poco a poco estos equipos, algunos no lo han hecho con la velocidad que quisiéramos, pero no es algo que esté dentro de las atribuciones del Banco de México", dijo Alegre.
Las moneditas dividen a grupos vulnerables
Una encuesta de Banxico señaló que las personas con debilidad visual prefieren el diseño de las monedas de 50 centavos pequeñas porque son más fáciles de distinguir por los relieves y el grosor. Se trata de una forma, pues, que les permite diferenciar en su bolsillo el valor de las piezas que cargan.
Por el contrario, los adultos mayores prefieren las monedas grandes como las de 20 y 50 centavos antiguas ya que son más fáciles de manipular con los dedos, las pequeñas actuales representan un reto para ese grupo.