La inflación se mide con una base de comparación anual, lo que significa que tras los niveles no vistos en dos décadas en México "basta con que la inflación sea un poco menos alta para que veamos reducciones en términos anuales", y eso no significa "que las tasas de inflación vayan a ser muy bajas", apuntó Jessica Roldán, economista en jefe de Finamex Casa de Bolsa.
"Estamos esperando que las lecturas de inflación para el año que entra vengan presionadas, la diferencia es que van a ser presiones menos fuertes que las que observamos este año. Es cierto que vamos a ver una reducción, sin que eso venga acompañado de una normalización en las cifras de inflación", añadió.
En la primera quincena de octubre, la inflación anual fue de 8.14%, por debajo del 8.28% que esperaba el mercado, sin embargo, sigue siendo de más del doble de la meta de Banxico. La buena noticia es que, según datos del Inegi, este indicador ha comenzado a bajar desde el 8.77% que alcanzó en la segunda mitad de agosto.
Las presiones que se esperan para el próximo año son en el precio de alimentos y de materias primas necesarias para la elaboración de alimentos procesados, agregó Adrián de la Garza, economista en jefe y director de estudios económicos de Citibanamex.
“Cuando decimos que ‘baja la inflación’, depende de qué nivel baja y hacia qué nivel baja”, explicó de la Garza.
Lo anterior significa que los precios están creciendo a una tasa anual más chica; “seguimos viendo precios más elevados, pero a un ritmo menor”, agregó al tiempo de precisar que para ver una reducción de precios se necesitarían cifras negativas en el índice de precios al consumidor.
De acuerdo con el directivo de Citibanamex, en los últimos 10 o 15 años “el crecimiento de los precios promedio en el país ha sido 4%”.
Para lograr ese 4%, o incluso el 3% que es la meta inflacionaria de Banco de México, habrá que esperar hasta 2024, coincidieron los expertos consultados.