Pocos días después del inicio de la ofensiva rusa, el 24 de febrero, los precios mundiales de los alimentos alcanzaron en marzo sus "niveles más altos jamás registrados".
En 2022, el índice de precios de los alimentos, que sigue la variación de los valores internacionales de una cesta de productos básicos, se estableció en 143.7 puntos de promedio, "es decir, un 14.3% más que el valor medio de 2021", indicó este viernes la organización internacional.
El anterior récord se remontaba a 2011, cuando se produjo una crisis alimentaria y disturbios por el hambre en África, alcanzando un índice de 131.9 puntos.
La invasión del granero de trigo de Europa ha puesto de relieve las fragilidades y las dependencias, sobre todo de los países pobres, lo que provocó temores sobre una nueva crisis alimentaria mundial.
El peor escenario, con "huracanes de hambruna", como temía la ONU, se evitó gracias a la reanudación de las exportaciones ucranianas este verano, pero los precios seguirán altos en 2023, siempre en medio de una fuerte volatilidad.
"Los precios mundiales del trigo y el maíz alcanzaron niveles récords" en 2022, subrayó este viernes la FAO.
En el mercado europeo, el trigo subió hasta 438 euros (463 dólares) por tonelada el 16 de mayo, después de haber comenzado el año en 270 euros (285 dólares). Con una volatilidad siempre anormal, se situó a finales de diciembre en torno a 315 euros (333 dólares), lo que representa un aumento de casi el 17% en un año.
Como Ucrania también es un importante productor de aceite de girasol, el valor medio del índice de precios de los aceites vegetales de la FAO también batió un récord a lo largo del año.
Los precios de la carne y los productos lácteos, por su parte, alcanzaron "los niveles más altos anuales desde 1990", según la agencia de la ONU.