Detalló que al cierre de 2022, la deuda pública representó el 49.4% del PIB mexicano, un nivel menor respecto a lo que se presupuestó, y de 2021 gracias al buen desempeño de los ingresos presupuestarios, el combate a la corrupción y la prudencia en el gasto público.
También se llegó a este nivel de deuda gracias a los ingresos petroleros excedentes, los cuales ayudaron a compensar la ayuda que dio el gobierno mexicano para contener los precios de las gasolinas, a través de un incentivo fiscal o reducción del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que se le cobra a los combustibles, agregó Ramírez de la O.
“Este nivel de deuda está después de contener estos impactos, ambos extraordinarios, porque es la primera vez que agotamos la reserva del impuesto especial a gasolina para contener el precio, y también porque hacia mucho tiempo no veíamos esta presión en la tasa de interés internacional “, explicó el secretario de Hacienda.
Detalló que el gasto en infraestructura se encuentra en niveles máximos, porque es un gasto destinado a abrir la frontera geográfica a la producción, y así aprovechar el fenómeno del nearshoring, que está atrayendo inversiones al país.
Destacó que los fundamentos macroeconómicos son sólidos y que permiten avizorar que se sorteará con éxito “un incierto panorama” que se vive a nivel mundial, y, que salvo una gran recesión mundial, la economía mexicana se acerque al rango de 3% este 2023.
“Tenemos estabilidad política, bases macroeconómicas sólidas y recursos financieros para impulsar el cambio, con base en programas que atienden tres puntos: la integración de cadenas de valor aprovechando el nearshoring; la inclulsión financiera, y el apoyo a los proyectos prioritarios de la actual administración”, culminó.