También señaló que después de un año de agresivas alzas de tasas, la Fed "puede permitirse mirar los datos y la evolución de las perspectivas para hacer evaluaciones cuidadosas".
"Nos enfrentamos a la incertidumbre sobre los efectos retardados de nuestro endurecimiento hasta ahora, y sobre el alcance del endurecimiento del crédito por las recientes tensiones bancarias", dijo Powell.
"Así que hoy, nuestra orientación se limita a identificar los factores que vigilaremos mientras evaluamos hasta qué punto puede ser apropiado un endurecimiento adicional de la política para devolver la inflación al 2%", destacó.
"Los riesgos de hacer demasiado o hacer demasiado poco son cada vez más equilibrados y nuestra política se ajusta para reflejarlo", dijo Powell.
De cara a la reunión de política monetaria del 13 y 14 de junio, "no hemos tomado ninguna decisión sobre hasta qué punto será apropiado un endurecimiento adicional de la política", remarcó.
Los funcionarios de la Fed siguen indecisos sobre su próxima decisión, y la comparecencia de Powell el viernes fue un momento que podría haber aportado claridad. Pero el banco central aún recibirá importantes datos de empleo e inflación en las próximas semanas que podrían influir en el debate.
Pero la Fed también enfrenta otras limitaciones. Independientemente de los datos, es improbable que la entidad suba las tasas si sigue sin resolverse el enfrentamiento político sobre el techo de la deuda federal.
Si el resultado es un impago real de la deuda estadounidense, el banco central podría incluso verse empujado a tomar medidas de emergencia para aliviar la carga sobre la economía.